25 Sep 2025, Jue

Difundir el espíritu misionero de Don Bosco

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Nos acercamos a la celebración del 150 aniversario de la Primera Expedición Misionera Salesiana (1875-2025). La dimensión misionera de la Sociedad Salesiana forma parte de su “ADN”. Así lo quiso Don Bosco desde el principio, y hoy la congregación está presente en 136 países. Este impulso inicial continúa hoy en día y cuenta con el apoyo del Dicasterio para las Misiones. Presentemos brevemente sus actividades y su organización.


            Aunque Don Bosco nunca partió hacia tierras lejanas como misionero ad gentes, siempre tuvo un corazón misionero y un ardiente deseo de compartir el carisma salesiano para llegar a todas las fronteras del mundo y contribuir a la salvación de los jóvenes.
Esto ha sido posible gracias a la disponibilidad de tantos salesianos enviados en expediciones misioneras (a finales de septiembre de este año se celebrarán la 155) que, trabajando con los lugareños y los laicos, han permitido difundir e inculturar el carisma salesiano. En comparación con los primeros “pioneros”, hoy la figura del misionero debe responder a desafíos diferentes, y el paradigma misionero se ha actualizado para ser un vehículo eficaz de evangelización en el mundo de hoy. En primer lugar, como nos recuerda el P. Alfred Maravilla, Consejero General para las Misiones (en 2021 escribió la carta “La vocación misionera salesiana”), las misiones ya no responden a criterios geográficos, como antaño, y los misioneros de hoy proceden y son enviados a los cinco continentes, por lo que ya no existe una separación clara entre “tierras de misión” y otras presencias salesianas. Además, es muy importante la distinción entre la vocación misionera salesiana, es decir, la llamada que algunos salesianos reciben para ser enviados de por vida a otro lugar como misioneros, y el espíritu misionero, típico de todos los salesianos y de todos los miembros de una comunidad educativo-pastoral, que se manifiesta en el corazón oratoriano y en el impulso a la evangelización de los jóvenes.

            La tarea de promover el espíritu misionero y de mantenerlo vivo en los salesianos y en los laicos está confiada sobre todo a los “Delegados Inspectoriales para la Animación Misionera” (DIAM), es decir, a aquellos salesianos, o laicos, que reciben del Inspector, el superior salesiano de la inspectoría (“inspectoría”) en cuestión, la tarea de ocuparse de la animación misionera. El DIAM tiene un papel muy importante, es el “centinela misionero” que, por su sensibilidad y experiencia, se compromete a difundir la cultura misionera a diversos niveles (ver Animación Misionera Salesiana. Manual del Delegado Inspectorial, Roma, 2019).

            El DIAM desencadena la sensibilidad misionera en todas las comunidades de la Inspectoría y trabaja en sinergia con los responsables de las otras áreas para testimoniar la importancia de este ámbito transversal, común a todo cristiano. A nivel práctico, organiza una serie de iniciativas, promueve la oración por las misiones el día 11 de cada mes, en memoria de la primera expedición misionera del 11 de noviembre de 1875, promueve cada año la “Jornada Misionera Salesiana” en la Inspectoría, difunde los materiales preparados por la Congregación sobre temas misioneros, como el boletín “Cagliero11” o el vídeo «CaglieroLife». La Jornada Misionera Salesiana, que se repite desde 1988, es una hermosa ocasión para detenerse a reflexionar y relanzar la animación misionera. No tiene que ser necesariamente un día, puede ser un itinerario de varios días, y no tiene una fecha fija, para que cada uno pueda elegir el momento del año que mejor se adapte al ritmo y al calendario de la Inspectoría. Cada año se elige un tema común y se preparan algunos materiales de animación como material de reflexión y actividades, que pueden adaptarse y modificarse. Este año el tema es “Constructores de diálogo”, mientras que en 2025 se centrará en el 150 aniversario de la primera expedición misionera, según los tres verbos “Dar gracias, Repensar, Relanzar”. El “Cagliero11”, por su parte, es un sencillo boletín de animación misionera, creado en 2009 y publicado cada mes, de dos páginas que contiene reflexiones misioneras, entrevistas, noticias, curiosidades y la oración mensual que se propone. El «CaglieroLife» es un vídeo de un minuto que, a partir de la oración misionera del mes (basada a su vez en la intención mensual propuesta por el Papa), ayuda a reflexionar sobre el tema. Todas estas son herramientas que permiten al DIAM realizar bien su tarea de promoción del espíritu misionero, en línea con los tiempos actuales.
            El DIAM colabora o coordina, según las Inspectorías, el Voluntariado Misionero Salesiano (“VMS”), es decir, aquellas experiencias juveniles de servicio solidario y gratuito en una comunidad distinta de la propia durante un período continuado de tiempo (en verano, durante varios meses, un año…), motivadas por la fe, con un estilo misionero y según la pedagogía y la espiritualidad de Don Bosco (El Voluntariado en la Misión Salesiana. Identidad y orientaciones del voluntariado misionero salesiano, Roma, 2019).
            Este año, en marzo, se celebró en Roma un primer encuentro de los coordinadores del VMS, al que asistieron unos cincuenta participantes, entre laicos y salesianos, bajo la guía de un equipo mixto de asesores que se ocupó de la organización. Entre los puntos más destacados que surgieron de la reunión, muy rica sobre todo en el intercambio de experiencias, estuvieron la exploración de la identidad del voluntario misionero salesiano, la formación de voluntarios y coordinadores, la colaboración entre laicos y religiosos, el acompañamiento a todos los niveles y el trabajo en red. Se presentó una nueva cruz simbólica del VMS, que podrá ser utilizada por todos los voluntarios en las distintas experiencias en el mundo, y el proyecto de una nueva página web, que servirá como plataforma de datos y trabajo en red.
            Además, el DIAM visita las comunidades de la inspectoría y las acompaña desde un punto de vista misionero, cuidando especialmente de aquellos salesianos que están caminando para ver si son llamados a ser misioneros ad gentes.

            Obviamente, todo este trabajo no lo puede hacer una sola persona, es importante el trabajo en equipo y la mentalidad de proyecto. Cada Inspectoría tiene una comisión de animación misionera, formada por salesianos, laicos y jóvenes corresponsables, que formula propuestas, sugerencias creativas y coordina las actividades. Además, elabora el proyecto inspectorial de animación misionera, para presentarlo al Inspector, que es la brújula a seguir con objetivos, calendarios, recursos y pasos concretos. De este modo, se evita la improvisación y se actúa siguiendo un plan estructurado y estratégico sobre la base del más amplio Proyecto Educativo Pastoral Inspectorial Salesiano (PEPSI), promoviendo una visión compartida de la animación misionera. En la Inspectoría se organizan momentos de formación permanente, de reflexión y de discusión, y se promueve la cultura misionera a diversos niveles. Estas estructuras creadas a lo largo del tiempo permiten una animación y coordinación más eficaces, con vistas a dar siempre lo mejor por el bien de los jóvenes.

            Otro aspecto importante es el intercambio entre DIAM de distintos países y provincias. Cada Región (hay siete: América del Cono Sur, Interamérica, Europa Centro-Norte, Mediterráneo, África – Madagascar, Asia Oriental – Oceanía y Asia Meridional) se reúne regularmente, de forma presencial una vez al año y on-line cada tres meses aproximadamente, para poner en común sus riquezas, compartir retos y elaborar un camino regional. Las reuniones en línea, que comenzaron hace unos años, permiten un mayor conocimiento de los DIAM y de los contextos en los que actúan, una actualización continua de la calidad y un intercambio fructífero que enriquece a todos. En cada Región hay un coordinador, que convoca los encuentros, promueve el camino regional y modera los procesos comunes, junto con la persona de contacto salesiana del equipo central del Sector para las Misiones, que representa al Consejero General para las Misiones, aportando ideas, intuiciones y sugerencias al grupo.

            Este gran compromiso, fatigoso pero muy útil y lleno de verdadera alegría, es una de las piezas que une las muchas piezas del mosaico salesiano, y asegura que el sueño de Don Bosco pueda continuar hoy.


Marco Fulgaro

Por Editor BSOL

Editor del sitio web.