Entrevista con Nelson Javier MORENO RUIZ, Inspector en Chile

El P. Nelson tiene 57 años y nació en la ciudad de Concepción el 11 de septiembre de 1965. Conoció a los salesianos en el Colegio Salesiano de Concepción, donde fue alumno y participó de los grupos juveniles y de las actividades pastorales.
Sus padres Fabriciano Moreno y María Mercedes Ruiz viven actualmente en la ciudad de Concepción.
Realizó toda su formación inicial en la ciudad de Santiago. Hizo la Profesión Perpetua el 08 de agosto de 1992 en Santiago (La Florida). Fue ordenado sacerdote el 06 de agosto de 1994 en Santiago. Sus primeros años de sacerdote los vivió en la presencia salesiana del Colegio San José de Punta Arenas y en el colegio salesiano de Concepción, donde trabajó en la pastoral. Del 2001 al 2006 fue director de la presencia salesiana de Puerto Natales y del 2006 al 2012 director de la presencia salesiana de Puerto Montt.
Entre los años 2012 y 2017 asumió el servicio de ecónomo inspectorial, a la vez que director de la casa inspectorial. En el año 2018 fue director de la presencia salesiana de la Gratitud Nacional en el centro de la ciudad de Santiago y desde el 2019 director la obra de Puerto Montt donde se encuentra en este momento.
El P. Moreno Ruiz sucede al P. Carlo Lira Airola, que concluyó su mandato de seis años en enero de 2024.

¿Puedes hacernos una auto presentación?
Soy un salesiano agradecido de la vida, que en la vocación religiosa salesiana he encontrado la presencia de Dios en los jóvenes, a quienes sirvo y acompaño como educador pastor.
Soy, el padre Nelson Moreno Ruiz, provincial de la inspectoría chilena. He sido llamado a este servicio de animación por el Rector Mayor Obispo y Cardenal don Ángel Fernández Artime, asumiendo esta responsabilidad desde el mes de enero de este año.
He conocido a los salesianos desde temprana edad al ingresar al colegio salesiano de la ciudad de Concepción, que es la primera obra en nuestro país, donde llegaron los misioneros enviados por don Bosco, pasan desde Argentina a Chile en el año 1887.
En este ambiente escolar salesiano fui creciendo entorno a la propuesta educativa pastoral que ofrecía el colegio; encuentros deportivos, actividades pastorales de misiones y acción social de servicio muchas, todo esto, fue hacinado eco en mi vida de joven, importante también fue, ver y conocer a los salesianos en el patio de la escuela y con estas experiencias se fue gestando mi vocación y con el tiempo me sentí llamado a seguir los pasos de don Bosco como salesiano.
Mi grupo familiar lo componen mis padres, hoy adultos de la tercera edad, mi padre Fabriciano de 93 años y madre de 83 años de edad, mis 4 hermanos, lo tres varones estudiamos en el colegio salesiano y mi hermana mayor, que tuvo muchas veces la tarea de cuidarnos. Somos una familia relativamente pequeña que ser complementan con cuatro sobrinos, que hoy ya son jóvenes profesionales.
Como salesiano realice mi primera profesión religiosa el 31 de enero del 1987, de modo que ya tengo 37 años de Vida Religiosa, y fui ordenado sacerdote el 06 de agosto de 1994. En mi vida religiosa me ha tocado animar algunas comunidades como director de obra, además de desempeñar el servicio como ecónomo provincial antes de ser provincial.
Considero que una de mis características, es estar atento a prestar un buen servicio donde el Señor lo quiera, es así, que he dedicado tiempo a prepararme y a estudiar para la misión. Después de egresar de la Enseñanza Media en el colegio salesiano de Concepción, ingrese a la Congregación donde realice los estudios de Filosofía en la Congregación, luego la Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pedagogía en Religión y Licenciatura en Educación en Gestión Escolar en la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez; posteriormente realice el Magister en Gestión educativa en la Universidad de Concepción de Chile, y el Magíster en Calidad y Excelencia Educativa en la Universidad de Santiago de Compostela en España y el doctorado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla, España.
Y en estos momentos, con humildad y sencillez, sirvo a mi Provincia, en los hermanos y en la animación de las obras.

¿Con qué soñabas de niño?
De niño, junto a mis hermanos y amigos tuve una infancia muy normal y feliz, me gustaba mucho hacer deportes, practicaba en forma regular futbol en un club del sector y esto me llevo a ilusionarme en dedicarme al deporte en mi futuro, lo que más me agradaba, era el compartir y tener amigos y esto me lo ofrecía el deporte.
Cuando me incorpore al colegio y me integre a las diversas actividades de pastoral, me di cuenta de que también me gustaba mucho enseñar a niños y jóvenes con los cuales tenía contacto en estas actividades pastorales. El tema educativo y pedagógico, me hacía mucho sentido, y se fue haciendo parte de mi proyecto de vida, ya que lo veía como un sueño posible de realizar.
Estas inquietudes, se mezclaron con mi inclinación por estudiar algo relacionado con el área de la salud, esta motivación estaba muy presente, ya que en mi familia algunos ejercían profesiones en esta área.
Veo como el hilo conductor de estas inclinaciones que sentí desde niño hasta mi adolescencia, estaban siempre orientadas al trabajo con personas, estar al servicio de ellas, y ser útil para ellos, sirviéndoles, enseñándoles, acompañándolos.

¿Cuál es la historia de tu vocación?
Mi historia vocacional, sin duda, se inicia en mi familia, provengo de un hogar donde se vivía la fe, a través de la devoción a san Sebastián y santa Rita de Casia, y fueron mis padres quienes nos inculcaron la fe, al permitirnos recibir el sacramento del bautismo y la Confirmación. Mi vocación comienza en torno al hogar, en forma muy sencilla, con sentido de Dios que se percibía en forma natural y sin grandes prácticas religiosas, pero con un profundo sentido de gratitud a Dios en lo cotidiano del día a día.
Ya en el colegio salesiano de Concepción, descubro un mundo nuevo, pues era un colegio enorme y de gran prestigio en la ciudad. Al llegar me sentí de inmediato acogido, y motivado a participar en las propuestas que tenía para sus estudiantes, sobre todo las actividades pastorales, en las que me integro paulatinamente, además del deporte que era parte importante para mí en esa edad.
Cuando estaba estudiando en el colegio salesiano, me llamaron mucho la atención todas las actividades pastorales y en el último año de la primaria, tuve la posibilidad de participar como monitor, en las “Colonias de verano – Villa Feliz”, donde descubrí que podía ser útil y entregar algo a los niños más pobres, desde ese momento asumí el compromiso de seguir en ese camino de servicio, el que me daba mucho sentido a mis inquietudes de adolescente.

Fue en los grupos juveniles donde se va definiendo más la vocación a la vida religiosa, me incorporo en la Pastoral sacramental, siendo monitor de Confirmación donde reafirmo el llamado a servir.
Toda esta vida pastor, me dan la posibilidad de conocer y compartir con salesianos que, con su testimonio y cercanía, me van presentando una propuesta vocacional que me llama la atención, ya que fueron testimonios hermosos de servicio cercano a los jóvenes, esto es ya el germen de mi vocación religiosa, lo que me da el impulso para decidirme a ingresar a la Congregación, inicio del camino vocacional en el llamado que el Señor me hace, donde llevo ya, 30 años como sacerdote salesiano, acompañado por el lema que elegí para mi ordenación sacerdotal: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero” (Jn. 21,17),

¿Por qué salesiano?
¿Por qué Salesiano? Porque fue en un colegio de la Congregación donde estudie, donde me forme, donde fui creciendo, se fueron formando mis convicciones, certezas y mi proyecto de vida.
Con los salesianos, a través de las actividades pastoral, conocí la misión de la Iglesia con mayor profundidad, todo este ambiente le daba pleno sentido a mi vida, confirmando que el carisma de la alegría, de los jóvenes y de la educación, era el camino que el Señor me presentaba, en el que participaba activamente, porque respondía a mis inquietudes y anhelos, y me hacía feliz, no había posibilidad de otra respuesta, porque los salesianos eran lo que cubría todo lo que buscaba y anhelaba y a quienes conocí desde mi niñez.
En mi formación, tuve contacto con otras congregaciones y carismas, lo que me ayudó a confirmar, aún más, que la espiritualidad salesiana, era mi estilo, lo que cubría el sentido en lo que quería hacer; la vida de don Bosco, el trabajo con los jóvenes, el trabajo pastoral, todo, fruto de la experiencia que realice con ellos, donde me forme, donde preste servicio y donde se formó y consolido mi vocación.
El Señor me regalo conocer a don Bosco y la espiritualidad salesiana, era la propuesta que él me invitaba a seguir y yo la tomé, aquí consagré mi vida, y hasta el día de hoy siento que mi vocación de salesiano me hace ser todo lo que soy.

¿Cómo reaccionó tu familia?
Una vez que tome la decisión de dar el paso de ingresar a los salesianos, se lo comunicó a la familia, especialmente a mis padres, ellos se sorprendieron y fue la mamá la que primero me entendió, me apoyo y acompaño, invitándome a dar ese paso.
El papá, inquieto preguntó; si estaba realmente seguro, si era lo que realmente quería, lo que me hacía feliz y si era mi camino, a todas estas preguntas respondí que sí. El, ratificando que si era lo que quería y estaba dispuesto a ver si era realmente mi futuro, y dejando en claro que siempre podía contar con ellos y que no olvidara que siempre tendría mi casa, ante la eventualidad de que no fuera mi camino, me dice que cuente con todo su apoyo.
Sentir tan claramente el apoyo de mis padres fue muy bonito, me dio mucha alegría y tranquilidad, ya que iniciaba un camino sin tener la certeza de que realmente era el camino para un joven que recién iniciaba su proceso.
Mis hermanos, también se sorprendieron, porque yo tenía una vida muy natural, ligada al deporte, con amigos y amigas, pero cuando se aseguraron que de verdad quería seguir el llamado del Señor me estaba haciendo, me apoyaron.
Siempre me sentí muy acompañado y respaldado por mis padres y hermanos, lo que me dio mucha tranquilidad para iniciar los procesos de formación, hasta el día de hoy, cuento con ellos, sé que me acompañan con el cariño hecho oración.

¿Cuáles son las necesidades locales y juveniles más urgentes?
En el Chile actual, la cantidad de población de 0 a 17 años es de 4.259.115 habitantes, lo que significa que es el 24% del total de la población del país. Y los salesianos nos dedicamos especialmente a la educación formal de este segmento de la población. Tenemos 22 colegios, donde estudian los niños y jóvenes de 4 a 19 años, siendo un total de 31 mil estudiantes que se educan en nuestras obras. Hoy es la red escolar más grande del país que ofrece este servicio a la juventud.
A esto se suma una Universidad, que atiende aproximadamente a 7 mil estudiantes, y la Fundación don Bosco, dedicada a acoger y acompañar a niños en situación de calle, el segmento más vulnerable de entre ellos, que atiende a más de 7 mil niños y jóvenes.
Las necesidades más urgentes, que viven y padecen nuestros jóvenes es que, están muy expuestos al consumo de alcohol y droga, como también al uso indiscriminado de la tecnología, esto junto a la soledad que viven por la desintegración de las familias, los lleva muchas veces a padecer situaciones de “salud mental”, de depresión, ansiedad, angustia y crisis de pánico u otros similares.
Esta realidad, nos apremia, impulsándonos a buscar con ahínco, acompañarlos en su búsqueda de sentido, bienestar emocional y estabilidad afectiva, todas necesidades básicas del ser humano, mucho más de quienes están en desarrollo y crecimiento. Además de buscar entregarles los valores cristianos y que paso a paso vayan comprometiéndose a vivir su fe dentro de comunidades juveniles y en la Iglesia chilena, así también como entregar la educación necesaria para insertarse en la sociedad.
Son los jóvenes la porción preferida de don Bosco, y a ellos, nos debemos, por lo que en ese empeño estamos, entregarles, educación y herramientas para que lleguen a ser, “Buenos cristianos y honestos ciudadanos”.

¿Cuáles son las obras más significativas de tu zona?
La Inspectoría chilena, tiene una variada propuesta de obras que atiende; Parroquias, Centros Pastorales juveniles, Centros de acogida, colegios y Universidad. Pero la propuesta pastoral se ha centrado fundamentalmente en la Educación formal en colegios, que imparten educación desde pre escolar – 4 años – a la enseñanza media – 19 años.
La educación chilena, permite dar formación tanto para preparar a los jóvenes al ingreso a la Educación superior, universidades, como impartir educación Técnico Profesional, en la que los estudiantes egresan con un título técnico en alguna carrera que ellos hayan elegido.
Podemos decir que la educación Técnico Profesional, es una de las obras más significativas que tenemos, porque constituye una real promoción de los jóvenes, permitiéndoles insertarse en el mundo laboral con un título técnico que si bien es cierto no lo es todo, les facilita la posibilidad de colaborar con sus familias, y muchas veces financiar su continuidad de estudios superiores.
Destaco, igualmente, la obra que llevamos adelante en la “Fundación don Bosco”, la que atiende a niños en situación de calle, que no cuentan o no tienen familia, realizando con ellos una labor de contención, rehabilitación y promoción e inserción social, logrando – como lo hacía don Bosco – niños y jóvenes evangelizados y con valores.

¿Os comunicáis en revistas, blogs, Facebook u otros medios?
Los medios de comunicación social, son hoy, muy importantes y de gran ayuda para llegar a muchos jóvenes y adultos. Regularmente, me comunico con la Familia salesiana, a través de la Revista del Boletín Salesiano, el blog del “Ágora”‘, los sitios oficiales de la Provincia, página Web e Instagram.

¿Cuáles son los ámbitos más relevantes?
De la misión que me toca realizar hoy en la Inspectoría, creo que lo más relevante es acompañar y animar la vida de mis hermanos, especialmente de aquellos con los que trabajo y comparto la responsabilidad de la Inspectoría como consejeros, y a los hermanos que tienen la responsabilidad de animar y acompañar a los hermanos siendo directores de las comunidades y obras. En definitiva, la prioridad es acompañar a mis hermanos salesianos.
Igualmente, me parece relevante, la tarea de animar la vida de la Familia Salesiana, tarea importante, animando en la fidelidad al carisma, todos los que somos parte de ella; Salesianos consagrados, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores, Voluntarias de don Bosco, Asociación de María Auxiliadora y otros.
No podemos dejar de mencionar como tarea relevante, la de animar la vida de los jóvenes, a través de la Pastoral juvenil, las asociaciones y los diferentes grupos de puedan existir al alero del carisma salesiano, dando un lugar importante de entre ellos, a la pastoral vocacional, y aquellos jóvenes que sienten la inquietud por responder al llamado del Señor en nuestra Congregación.

¿Cómo ves el futuro?
Ante una sociedad sedienta de sentido de lo que es y hace, me parece que los salesianos estamos llamados a dar respuesta a esas búsquedas y dar sentido a lo que uno está realizando, dar sentido a la vida, especialmente de los jóvenes.
Nos toca realizar una tarea que es fundamental, que es la de educar a los jóvenes y quien educa y trabaja con ellos, ciertamente tiene que ser portador de sueños y esperanza.
El mundo está en constante proceso de construcción, y nos toca precisamente a los salesianos contribuir; con nuestra vida, acciones y misión, a su construcción, a través de la educación de los jóvenes del hoy, para que sabiéndose amados, valiosos, capaces y sacando lo mejor de ellos, puedan darles sentido a sus vidas y ser constructores de esperanza en sus familias y sociedad.

¿Tienes algún mensaje para la Familia Salesiana?
El mensaje que puedo compartir con toda la Familia Salesiana, en primer lugar, es que; somos depositarios y portadores de un regalo, de un don que Dios da a la Iglesia, que es el Carisma Salesiano, don y tarea para cada uno de nosotros.
Este año, el Cardenal y rector mayor de la Congregación, padre Ángel Fernández Artime, nos invita a soñar, a imitación de nuestro padre Don Bosco, un padre soñador. Don Bosco soñó cosas que parecían imposibles, sin embargo, su gran confianza en María Auxiliadora y su trabajo perseverante y tenaz, lo llevaron a ser sus sueños realidad. Nosotros también, dignos hijos de este padre, estamos llamados a soñar y sumar a los jóvenes a estos sueños, que no son otros que querer para ellos un mundo mejor, donde se inserten construyendo una sociedad más amable y sensible a los valores humanos y cristianos, junto a ellos queremos contribuir y llegar a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos, sintiéndonos profundamente amados por Dios.




Entrevista con don Luis Víctor SEQUEIRA GUTIÉRREZ, Inspector de la Inspectoría de Angola

Hemos planteado a don Luis Víctor SEQUEIRA GUTIÉRREZ, nuevo Inspector de la Inspectoría de Angola (ANG), algunas preguntas para los lectores del Boletín Salesiano OnLine.

Su nombramiento se debe a que el anterior Superior de los Salesianos en Angola, Padre Martín Lasarte, fue nombrado Obispo de la Diócesis de Lwena.
Con este nombramiento, el Rector Mayor también ha decidido, de nuevo tras consultar a su Consejo, elevar la Visitaduría de Angola al rango de Inspectoría, a partir del día de la toma de posesión del Padre Sequeira Gutiérrez. Será, por tanto, el primer Inspector de la nueva Inspectoría.
Hijo de Cristóbal Sequeira y Victoria Gutiérrez, Victor Luís Sequeira Gutiérrez nació el 22 de marzo de 1964, en Asunción, Paraguay. Cursó el aspirantado salesiano en Ypacaraí en 1984, el prenoviciado en 1985 y finalmente el noviciado en La Plata, Argentina, en 1986. Hizo su primera profesión el 31 de enero de 1987. Sus estudios de filosofía lo llevaron a São Paulo, Brasil, y a la Universidad Católica de Asunción.
De 1992 a 2020 trabajó como misionero en Angola, ocupando diversos cargos: ecónomo de la casa de formación «Don Bosco» de Luanda (1997-98), director de la Misión Católica de Libolo (1998-2005), director y párroco de Dondo (2005-11). De 2011 a 2014 fue Director del Centro de Formación de Luanda, así como Vicedirector del ‘Institut Supérieur de Philosophie et Pédagogie Don Bosco’ de Luanda, ahora conocido como ISDB.
Anteriormente, fue Superior de los Salesianos de Angola durante el sexenio 2014-2020.
En noviembre de 2020, fue enviado a Portugal para formar parte del equipo de formación de estudiantes de Teología en Lisboa, donde también sirvió brevemente como capellán en el Centro de Rehabilitación Médica de Alcoitão. Finalmente, en febrero de 2023, regresó a Angola, donde acababa de ser nombrado director y párroco de la comunidad de Lwena.
El Padre Sequeira Gutiérrez habla con fluidez español, guaraní, francés, italiano y portugués.

¿Puedes hacernos una autopresentación?
Soy Padre Victor Luís Sequeira Gutiérrez, inspector de Angola. Estoy en Angola hace 32 años, soy paraguayo.

¿Cómo surgió tu vocación?
En una época de dictadura militar y una Iglesia donde los jóvenes encontraban un lugar de libre expresión, el encuentro con la Palabra lleva a la conversión y al compromiso, sentí ser llamado para estar al servicio de esta Iglesia que lleva a la liberación, especialmente a los jóvenes.

¿Por qué salesiano?
Porque mis raíces fueron salesianas, mi madre conoció ambientes salesianos en contacto con las FMA y mi padre con el oratorio y sacerdotes que fueron verdaderos padre (papás); también yo nací y crecí en una parroquia salesiana, podemos decir que mi naturaleza es salesiana.

¿Recuerdas a algún educador en particular?
Padre Edmundo Candia, P. Rojas, P. Aquino.

¿Por qué misionero?
Todo comenzó ya en el aspirantado cuando entré en contacto con las misiones del Chaco, después también con las misiones del África y el proyecto África. Desde entonces me sentí llamado.

¿Cuáles son las mayores dificultades que has encontrado?
El encuentro del evangelio con la cultura local donde la vida y la dignidad de las personas deben ser valorizadas.

¿Cuáles son las mayores alegrías que has encontrado?
Como la gente no pierde la esperanza y siempre te regalan una sonrisa, la gratitud que tienen hacia los misioneros.

¿Cómo te encuentras trabajando en un entorno como éste?
Sobre todo, útil como instrumento de Dios, no indispensable, y por tanto realizado como consagrado y misionero.

¿Cómo son los jóvenes de la zona?
Son alegres, llenos de vitalidad, disponibles para aprender, formarse y desarrollarse.

¿Se persigue a los cristianos de la zona?
No, gracias Dios, Angola es mayoritariamente cristiana.

¿Cuáles son los grandes retos de la evangelización y la misión hoy en día?
La formación humana y el anuncio del evangelio, diálogo en profundidad con la cultura.

¿Qué se podría hacer más y mejor?
Dar calidad a la educación y formación profesional, hacer encarnar más el evangelio en la cultura, catequesis que toque la realidad actual.




Entrevista al P. Aurélien MUKANGWA, Superior de la Visitaduría África Congo Congo

Hemos presentado algunas preguntas al P. Aurélien MUKANGWA, Superior de la Visitación África Congo Congo (ACC), para los lectores del Boletín Salesiano OnLine.

El P. Aurélien nació el 9 de noviembre de 1975 en Lubumbashi, República Democrática del Congo. Hizo el noviciado en Kansebula del 24 de agosto de 1999 al 24 de agosto de 2000. Hizo la profesión perpetua en Lubumbashi el 8 de julio de 2006 y fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 2008.
A nivel local, ha desempeñado los cargos de Director de Escuela en Uvira, Kinshasa, Lukunga y Le Gombe, y de Decano de Escuela en Masina. Antes de la creación de la actual Visitaduría de la ACC, fue elegido Superior de la Delegación RDC-OVEST durante cuatro años, y al momento de este nombramiento, era de nuevo Delegado del Inspector en la nueva Delegación AFC-Este, con sede en Goma.
El P. Mukangwa es hijo de Donatien Symba Mukangwa y Judith Munyampala Mwange, y está diplomado en Pedagogía. Ha asumido esta nueva función de dirección y gobierno de la visitaduría ACC -que abarca parte de la República Democrática del Congo y la República del Congo- para el sexenio 2023-2029.

¿Puede hacernos una presentación de sí mismo?
Me llamo Mukangwa Mwanangoy Aurélien y nací en Lubumbashi (Haut Katanga), en la República Democrática del Congo, el 9 de noviembre de 1975, hijo de mi difunto padre, Donatien Symba Mukangwa, y de mi madre, Judith Munyampara Mwange. Soy el segundo de 11 hermanos, 7 varones y 4 mujeres.
Me hice salesiano de Don Bosco hace casi 24 años, el 24 de agosto de 2000. Y desde el 24 de mayo de 2023, nombrado como segundo superior provincial de la viceprovincia de María Auxiliadora África Congo-Congo (ACC). Inmediatamente después de mi formación inicial, trabajé en Uvira, Kinshasa, Lubumbashi y Goma, y ahora estoy en la sede de la Viceprovincia en Kinshasa.

¿Cuál es la historia de tu vocación?
Muchas gracias por esta hermosa pregunta, que me parece muy esencial, porque lo importante para mí es el encuentro con Don Bosco que me llevó a ser salesiano.
La influencia vocacional que he tenido depende del lugar de mi nacimiento, de mi infancia y de mi juventud. Nací y crecí en una comuna que era atendida pastoralmente exclusivamente por los Salesianos de Don Bosco. En aquella época, todas las parroquias de la comuna de Kenia (Lubumbashi-RDC) estaban dirigidas por los Salesianos de Don Bosco. Mi primer contacto con los salesianos fue en la escuela infantil (a los 4 años), donde conocí a salesianos como los padres Eugène, Carlos Sardo, Angelo Pozzi y Luigi Landoni. En mi parroquia de Saint Benoit (Kenia), cuando era muy pequeño, solía ir al oratorio y al patio de recreo, donde también conocí al padre Jacques Hantson, sdb, y a los jóvenes salesianos en formación que venían de Kansebula (post-noviciado). En la misma parroquia, conocí también al Padre André Ongenaert, sdb. Hacia 1987, la familia se trasladó al barrio situado detrás de la Cité des Jeunes de Lubumbashi, fundada por los Salesianos. Allí tuve el privilegio de conocer a muchos salesianos y misioneros africanos.
Así que, desde muy joven, albergaba el deseo de llegar a ser como estos salesianos que venían a hacer pastoral en mi parroquia, porque me inspiraban mucho por su manera de hacer las cosas y de estar con nosotros, su forma de acoger a los chicos y la disponibilidad que tenían para escuchar a los jóvenes, sobre todo su compromiso al servicio de los jóvenes pobres y la alegría que ponían en torno a todos nosotros.
¿Cómo conociste a Don Bosco / los Salesianos?
Como he dicho antes, conocí a Don Bosco a través de los Salesianos de Don Bosco en mi parroquia, en mi escuela, en mi educación a través de los Salesianos, libros y películas sobre Don Bosco.

¿Recuerda a algún profesor en particular?
Al padre Jacques Hantson, por el espíritu salesiano y misionero con el que nos guiaba en el oratorio de la parroquia de Saint Benoît en Lubumbashi. El padre Hantson era un misionero belga y hoy descansa con el Padre celeste.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades?
Las mayores dificultades que hemos encontrado hasta ahora son la miseria de los jóvenes abandonados por el Estado, sus padres y los adultos; jóvenes que se han convertido en víctimas de la guerra, el desempleo, la droga, la prostitución, la pobreza y la explotación en diversas formas. La otra dificultad es la falta de soluciones reales a los problemas de los jóvenes y la falta de recursos humanos, materiales y financieros para prestar una asistencia adecuada a estos jóvenes vulnerables en dificultades.

¿Cuál es su mejor experiencia?
Mi mejor experiencia en mi vida salesiana ha sido como asistente en la casa del pre-noviciado, en las actividades oratorianas y en la pastoral escolar y social.
Con el tiempo he aprendido que tanto de las experiencias positivas como de las negativas hay que sacar buenas lecciones para la vida y tratar de ser positivos para hacer realidad el optimismo salesiano.

¿Se persigue a los cristianos en la región?
Tengo que decir aquí que la zona geográfica de nuestra viceprovincia es, por gracia, predominantemente cristiana. Por tanto, los cristianos no son perseguidos aquí. Sin embargo, a veces son víctimas de la situación sociopolítica y de seguridad de los países que componen nuestra visitaduría.

¿Cuáles son hoy los grandes retos de la evangelización y la misión?
Hoy en día, los grandes retos de la evangelización y de la misión son los del mundo digital, donde encontramos un número bastante elevado de jóvenes confrontados a la inteligencia artificial, con todas sus trampas.
Otro desafío específico de nuestra visitaduría es la expansión de la misión salesiana en toda nuestra área geográfica. Hay jóvenes en la periferia que necesitan el carisma de Don Bosco. Pero para ello es necesario invertir mucho en la formación de salesianos de calidad, verdaderamente “apasionados por Jesucristo y dedicados a los jóvenes”.

¿Qué papel juega María Auxiliadora en su vida?
Como cristiano católico y salesiano de Don Bosco, María ocupa un lugar importante en mi vida. Gracias a la espiritualidad salesiana, he aprendido a profundizar en la dimensión de la devoción a María Auxiliadora. Cada mañana, al final de nuestra meditación, rezamos la oración salesiana a María Auxiliadora, y encuentro tiempo durante el día y por la noche para pedir a la Virgen María ayuda para mi vocación, la misión salesiana, la familia salesiana y especialmente los jóvenes. Tengo una gran confianza en Ella. Ella es mi Madre. Ella está intrínsecamente ligada a mi vocación; de hecho, se la debo.

¿Qué les diría a los jóvenes de hoy?
A la vista de los retos a los que se enfrentan los jóvenes de hoy, hay muchas cosas que decir. A los jóvenes les digo que Dios les ha hecho un gran regalo en la persona de Don Bosco a través del carisma salesiano. Cada joven que se encuentra con Don Bosco tiene el deber de construir su vida sobre los valores salesianos. No hace falta que os recuerde la orden que nos dejó Don Bosco: “Enseñad a los jóvenes la fealdad del pecado y la belleza de la virtud”. Quien aún no haya conocido a Don Bosco, que se ponga en contacto con una organización salesiana. Queridos jóvenes, vosotros sois los protagonistas de vuestro futuro, ¡un futuro mejor y radiante! Así que no perdáis el tiempo. Participa. Aprovechad el carisma salesiano. Está ahí para vosotros.




Entrevista con el P. Philippe BAUZIERE, Inspector de Brasil Manaus

Hemos pedido al P. Philippe BAUZIERE, nuevo inspector de Brasil Manaos (BMA), que responda a algunas preguntas para los lectores del Boletín Salesiano OnLine.

El P. Philippe Bauzière nació en Tournai, Bélgica, el 2 de febrero de 1968. Hizo el noviciado salesiano en la casa de Woluwe-Saint-Lambert (Bruselas) e hizo su primera profesión, también en Bruselas, el 9 de septiembre de 1989. En 1994 llegó por primera vez a Brasil, a Manaos, donde hizo su profesión perpetua el 5 de agosto del año siguiente.
Fue ordenado diácono en Ananindeua el 15 de noviembre de 1997, y un año después, el 28 de junio de 1998, fue ordenado sacerdote en la catedral de su ciudad natal, Tournai.
Sus primeros años como sacerdote los pasó en la presencia salesiana de Manaus Alvorada (1998-2003). De 2004 a 2008, vivió en Porto Velho, primero como párroco y luego como Director (2007-2008). En los años siguientes, vivió en Belém, São Gabriel de Cachoeira y Ananindeua. A partir de 2013-2018 estuvo en Manicoré como Párroco y Director. De vuelta a Manaus, vivió en las casas de Alvorada, Domingos Savio y Aleixo hasta 2022. Este año, 2023, está en Ananindeua, donde acompaña la “Escuela Salesiana del Trabajo”. Desde 2019, es miembro del Consejo Provincial, donde ha desempeñado diversos cargos de responsabilidad: desde 2021, es Vicario Provincial y también Delegado Provincial para la Familia Salesiana y para la Formación.
El P. Bauzière sucede al P. Jefferson Luís da Silva Santos, que ha terminado su mandato de seis años como Superior de la Provincia de Brasil-Manaus.

¿Puedes hacernos una autopresentación?
            Soy Philippe Bauzière, salesiano de Don Bosco, misionero durante treinta años en Brasil y sacerdote desde hace veintiséis. Comprendí mi vocación, la llamada del Señor, sobre todo a través del aspecto misionero. Una gran influencia fue el párroco de mi pueblo en Bélgica: era un Oblato de María Inmaculada que había vivido muchos años en Sri Lanka y Haití, que compartía su experiencia misionera… Así, a los dieciocho años, tras un discernimiento, me di cuenta de que el Señor me llamaba a la vida religiosa y al sacerdocio.
            Una curiosidad: soy el mayor de mis dos hermanos, y en aquella época ellos iban a un colegio salesiano; yo iba a un colegio diocesano… ¡Y fui yo mismo quien descubrió a los Salesianos! Y fue el espíritu salesiano el que me conquistó.
            En septiembre de 1989 hice mi primera profesión religiosa, pidiendo ir a las misiones. El entonces Consejero para las Misiones, P. Luciano Odorico, me envió a la Inspectoría del Amazonas (Manaus, Brasil), donde llegué el 30 de junio de 1994.
            Los primeros retos fueron los de la adaptación: una nueva lengua, el clima ecuatorial, mentalidades diferentes… Pero todo fue contrarrestado por una hermosa sorpresa, la de la acogida que recibí de mis hermanos y del pueblo.
            Después de mi ordenación, me enviaron a trabajar en obras sociales y parroquias, donde tuve la oportunidad de conocer a muchos jóvenes y gente sencilla. Como salesiano, estoy muy contento de este contacto, de poder servir al Señor junto con los jóvenes y las familias. Me siento pequeño ante la acción del Señor en tantos jóvenes, y también ante la acción del Señor en mí mismo.

¿Cuáles son las mayores dificultades que has encontrado?
            Hoy en día, los Salesianos de la Amazonia sentimos los grandes desafíos a los que se enfrentan los jóvenes: la falta de oportunidades, de formación y de trabajo; el peso del narcotráfico, de las adicciones y de la violencia; muchos jóvenes que no se sienten queridos en sus casas ni en sus familias (se sienten más a gusto en nuestras obras salesianas, que en sus propias casas…); los grandes problemas de salud mental (depresión, ansiedad, alcoholismo, suicidio, etc.); la falta de sentido de la vida entre los jóvenes; la falta de orientaciones para el uso adecuado de las nuevas tecnologías.
También sentimos el reto de garantizar que los grupos étnicos de Brasil no pierdan su identidad cultural, especialmente los jóvenes. Ante este cuadro, comprendemos que nuestra vida debe entregarse al Señor, al servicio de la defensa de la VIDA de tantas personas, especialmente de los jóvenes. ¡Que el Señor nos ilumine! ¡Que Don Bosco interceda por nosotros!

¿Cuáles son las necesidades locales más urgentes?
            Los tiempos cambian rápidamente -como puedes comprender- y debemos responder adecuadamente a estos nuevos tiempos. Nuestras obras necesitan muchos recursos financieros (sobre todo porque nuestra ubicación en la Amazonia conlleva costes muy elevados, debido a las grandes distancias), así como una formación adecuada y renovada de nuestros recursos humanos (salesianos y laicos). Las exigencias son muchas: ¡necesitamos más Salesianos! Sería un gran bien que tuviéramos vocaciones, incluso autóctonas.

¿Qué lugar ocupa María Auxiliadora en tu vida?
            Creo que, como en la vida de Don Bosco, la Virgen es nuestra Auxiliadora; está presente y nos ayuda.




Entrevista con Francisco LEZAMA, inspector de Uruguay

Hemos planteado al P. Francisco LEZAMA, nuevo inspector de Uruguay (URU), algunas preguntas para los lectores del Boletín Salesiano OnLine.

El P. Francisco Lezama nació en la ciudad de Montevideo el 11 de septiembre de 1979. Conoció a los salesianos en la obra salesiana de Las Piedras, donde participó de los grupos juveniles y de las actividades parroquiales.
Sus padres Luis Carlos Lezama y Graciela Pérez viven actualmente en la ciudad de Las Piedras.
Realizó toda su formación inicial en la ciudad de Montevideo. Hizo la Profesión Perpetua el 31 de enero de 2006 en Montevideo. Fue ordenado sacerdote el 11 de octubre de 2008 en Las Piedras (Uruguay). Sus primeros años de sacerdote los vivió en presencia salesiana del Colegio Juan XXIII en la ciudad de Montevideo. Del 2012 al 2015 estudió Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.
Entre los años 2018-2020 fue director y párroco del Colegio Pio IX de Villa Colón, miembro del equipo de Formación y encargado de la Pastoral Vocacional. En el año 2021 asume el servicio de Vicario Inspectorial y delegado inspectorial para la Pastoral Juvenil hasta el mes de octubre de 2022 en que es designado ecónomo inspectorial.
El P. Lezama sucede al P. Alfonso Bauer como Inspector de URU, que terminó su mandato de seis años en enero de 2024.

¿Puedes hacernos una autopresentación?
Soy Francisco Lezama, salesiano sacerdote, tengo 44 años… Me apasiona la educación de los jóvenes, entre ellos me siento a gusto. Vengo de una familia que me ha enseñado el valor de la justicia y de la preocupación por los demás. La vida me ha regalado amigos y amigas con quienes compartir lo que soy y me ayudan todo el tiempo a crecer. Sueño con un mundo en el que todos y todas tenemos un lugar, y trabajo en la medida de mis posibilidades para hacerlo realidad.

¿Cuál es la historia de tu vocación?
Desde chico me sentí llamado a poner mi vida al servicio. Busqué por muchos lados: me acerqué a la militancia política y social, pensé en dedicarme profesionalmente a la educación como docente… Siendo adolescente me acerqué a la parroquia por mi deseo de ayudar a los demás. Allí, participando del oratorio, descubrí que ese era el ambiente en el que podía ser yo mismo, en el que desplegaba lo más profundo… y en ese contexto un salesiano me propuso discernir la vocación consagrada. Nunca lo había considerado conscientemente, pero en el momento sentí una luz en el corazón que me decía que era por allí.

Desde entonces, en la vocación salesiana, he ido desarrollando mi vida, y también con las espinas en medio de las rosas, he ido descubriendo que los llamados del Jesús han ido marcando mi camino: mi profesión como religioso, mis estudios universitarios en educación, mi ordenación sacerdotal, mi especialización en Sagrada Escritura, y sobre todo cada misión, cada joven con quien Dios me ha regalado encontrarme, me permiten seguir agradeciendo y desplegando mi vocación.

¿Por qué salesiano?
Me apasiona la educación, me siento llamado a realizarme vocacionalmente allí, y además creo que es un instrumento para cambiar el mundo, para cambiar vidas. He descubierto, además, que como salesiano puedo entregar toda mi vida, “hasta el último aliento”, y eso me hace muy feliz.

¿Cómo reaccionó tu familia?
Siempre me han acompañado, al igual que a mis hermanos, para que cada uno encuentre su camino para ser feliz. En la familia de mi padre tengo un tío y una tía que han sido también llamados a la vida consagrada, pero sobre todo tengo en mi familia muchos ejemplos de amor fiel y generoso, empezando por mis padres, y últimamente lo veo en el amor de mi hermana y mi cuñado por sus hijos, que me han regalado a mí la vocación de tío, y me ayudan a descubrir nuevas facetas del mismo amor, que viene de Dios.

¿Quién te contó por primera vez la historia de Jesús?
Tengo recuerdo de mi abuela y mi padrino que me alentaron mucho a conocer a Jesús… luego en la catequesis de mi parroquia comencé a hacer el camino que me permitió crecer en su amistad… Finalmente con los salesianos descubrí ese Jesús cercano que se hace presente en lo cotidiano y me anima a crecer en su amistad.

Estudiaste Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. ¿Los jóvenes de hoy se interesan por la Biblia? ¿Cómo acercarlos?
He descubierto que los jóvenes están muy interesados en la Biblia. ¡Incluso en un centro de jóvenes universitarios de Montevideo un grupo me pidió clases de griego para poder profundizar en el texto! La realidad es que el texto bíblico nos muestra a la Palabra de Dios siempre en diálogo con las culturas, con los desafíos de cada tiempo, y los jóvenes son muy sensibles a esas realidades.

¿Cuáles han sido los mayores retos a los que te has enfrentado?
Sin dudas que las injusticias y las desigualdades que viven nuestras sociedades son desafíos muy grandes, porque para nosotros no son cifras o estadísticas, sino que tienen un nombre y un rostro, en los que se refleja el rostro sufriente de Cristo.

¿Cuáles han sido tus mayores satisfacciones?
Para mí es una alegría inmensa ver a Dios actuando: en el corazón de los jóvenes, en las comunidades que escuchan su voz, en las personas que apuestan por el amor aun en las dificultades.
Por otra parte, es una gran alegría compartir el carisma con los hermanos salesianos y con tantos laicos, que hacen posible hoy desarrollar la obra salesiana en Uruguay. Hemos dado pasos muy significativos de sinodalidad, de compartir la vida y la misión, en un estilo que nos enriquece y nos permite trabajar desde lo más profundo de nuestra identidad.

¿Cuáles son las obras más significativas en tu área?
Hay muchas obras que tienen gran significatividad en Uruguay. Algunas tienen alto impacto en la sociedad, como el Movimiento Tacurú, en la periferia de Montevideo, que es sin duda el proyecto social más relevante en toda la sociedad uruguaya. Hay otras obras con gran significatividad en su zona, como el Instituto Paiva, en el departamento de Durazno, que permite a adolescentes del medio rural acceder a la educación media (que no sería posible para ellos de otra manera) y abrirse a nuevos horizontes en su vida. O la Obra Don Bosco, en la ciudad de Salto, que además de diversos proyectos que acompañan desde el nacimiento hasta los 17 años, tiene un proyecto específico para adolescentes en conflicto con la ley, acompañándolos en diversos aspectos de su vida.

¿Tienes algún proyecto que te interese especialmente?
La última obra que comenzamos es una casa para niños que el Estado ha tomado bajo su tutela, debido a que sus derechos estaban siendo vulnerados, y nos los confía a nosotros, salesianos. Significativamente la hemos llamado “Casa Valdocco”, y allí los niños y niñas son acompañados al tiempo que se busca la manera de que vuelvan a incorporarse a alguna realidad familiar que les pueda impulsar en su desarrollo.

¿Qué lugar ocupa María Auxiliadora en tu vida?
En Uruguay tenemos muchas iglesias y obras dedicadas a María Auxiliadora. De hecho, es en nuestra inspectoría donde surgió la tradición de la conmemoración mensual, cada día 24. Pero hay dos lugares que me resultan significativos: uno es el Santuario Nacional, en Villa Colón, la casa madre de los salesianos en Uruguay, desde donde luego salieron misioneros hacia toda América. El otro lugar, al norte del país, es Corralito, en Salto. Allí la devoción a María Auxiliadora llegó antes que los salesianos, de la mano de exalumnos que propagaron su devoción. Creo que es un signo de la vitalidad de nuestra Familia, y también de cómo Ella se hace siempre presente, valiéndose de medios y los modos que siempre nos sorprenden y nos maravillan.




Entrevista a don Alexandre Luís de Oliveira, Inspector de la Inspectoría Salesiana de São Paulo

Hemos hecho a al P. Alexandre Luís de Oliveira, nuevo inspector de la Inspectoría Salesiana de São Paulo (BSP), algunas preguntas para los lectores del Boletín Salesiano OnLine.

El P. De Oliveira nació en Campinas, en el Estado de São Paulo, el 18 de octubre de 1975. Conoció a los Salesianos en la obra salesiana de Campinas, donde fue alumno del instituto y participó en grupos juveniles y actividades parroquiales.
Su madre, Tamar A. Da Silva, aún vive en la ciudad de Campinas.
Hizo el noviciado en Indápolis, cerca de Dourados, el posnoviciado en Lorena, el tirocinio en San Carlos y Pindamonhangaba, y los estudios teológicos en la casa de Lapa, en São Paulo. Hizo su profesión perpetua el 31 de enero de 2004 en São Paulo, y fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 2005 en Campinas.
Pasó sus primeros años como sacerdote en la presencia salesiana de Lorena, en el Instituto “San Joaquín» (2006-2008). De 2009 a 2011 fue Director y Párroco de la obra salesiana en la ciudad de Americana; en 2012 pasó a ser Director de la Casa Inspectorial de São Paulo, y al mismo tiempo Delegado para la Pastoral Juvenil; de 2013 a 2017 fue Director del Postnoviciado de Lorena y Delegado Inspectorial para la Formación; de 2018 a 2022 Director y Párroco de la casa “María Auxiliadora” de Campinas, y actualmente es Director de la casa “San José”, también en Campinas. También fue Consejero Provincial durante tres trienios consecutivos, de 2012 a 2020.
El P. De Oliveira sucede al P. Justo Piccinini, que ha completado su mandato de seis años como
Inspector.

¿Puedes hacernos una autopresentación?
Soy el P. Alexandre Luís de Oliveira, brasileño, de la Inspectoría Salesiana de São Paulo (BSP). Tengo 49 años, 25 de profesión religiosa, 19 de ordenación sacerdotal y actualmente soy inspector.
Soy de la ciudad de Campinas SP. De niño frecuenté la casa salesiana. Fui pequeño corista, oratoriano y antiguo alumno del Centro Profesional Don Bosco de la Escuela Salesiana de San José. Junto con mi familia, también asistía a la capilla de la Escuela Salesiana de San José y a la Parroquia de Nuestra Señora Auxiliadora. Viviendo con los Salesianos y frecuentando estos ambientes, me sentí llamado al discernimiento vocacional.

¿Por qué salesiano?
Salesiano, porque me siento profundamente identificado con el carisma de Don Bosco: la educación y la evangelización de los jóvenes.

¿Cómo reaccionó tu familia?
Desde el principio, mi familia me acompañó con su apoyo y oraciones constantes para que se cumpliera la voluntad de Dios sobre mí y para que fuera feliz con mi proyecto de vida.

El encuentro y la persona que más te impresionaron
Siempre me ha impresionado la presencia de los Salesianos que están muy cerca de los jóvenes. Esta facilidad de acceso siempre me trae buenos recuerdos y también me ha estimulado en mi respuesta vocacional.

¿Mi mayor alegría?
Mi mayor alegría es mi consagración religiosa y el día de mi ordenación sacerdotal. Ser sacerdote salesiano me llena profundamente.

¿Cuáles son las necesidades locales y juveniles más urgentes?
Creo que la necesidad más urgente de los jóvenes es tener referencias creativas en su formación/educación en valores.

¿Qué se podría hacer más y mejor?
Creo que, como Salesianos de Don Bosco, podemos estar más cerca de los jóvenes, podemos ofrecerles más oportunidades de contacto con nosotros, las personas consagradas, y así, a través de nuestro testimonio, también podemos invitarlos a la propuesta vocacional.

¿Planes para el futuro? ¿Sueños? ¿Iniciativas?
Para el presente y el futuro, podemos ser signos vivos de la presencia de Don Bosco entre los jóvenes, nuestras comunidades pueden estar más abiertas a acogerlos y ofrecerles oportunidades reales de crecimiento espiritual, humano, educativo y profesional.

¿Tienes un mensaje para la Familia Salesiana?
Un mensaje de esperanza viva, de vuelta a nuestros orígenes, de vuelta a Don Bosco. Que soñemos su sueño y los sueños de los jóvenes. Que nuestras comunidades, escuelas, obras sociales, parroquias y centros universitarios sean un hogar para los jóvenes, un lugar para su realización.




Entrevista con el P. Klement VÁCLAV, nuevo Provincial de la África del Sur (AFM)

El P. Václav Klement ha ocupado diversos cargos en el Consejo General: Consejero para la Región Asia Este-Oceanía (2002-2008), Consejero General para las Misiones (2008-2014), Consejero para la Región Asia Este-Oceanía (2014-2020) y Visitador Extraordinario «ad nutum et pro tempore» (2020-2022). En diciembre de 2022, el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, con el consentimiento del Consejo General, le nombró nuevo Superior de la Visitaduría de África Austral para el sexenio 2023-2029. He aquí la entrevista concedida con ocasión de su nuevo nombramiento.

1. Háblenos un poco de tu entorno familiar y de tus orígenes.
Doy gracias a Dios por mi familia de orígenes humildes, pero profunda en la fe, he crecido con tres hermanos menores, un padre trabajador y una madre tiernamente cariñosa. Ambos padres crecieron en el grupo de jóvenes de la misma parroquia y son conocidos por su compromiso de toda la vida con la educación de los jóvenes en su tiempo libre. Nuestra vibrante parroquia, con muchos excepcionales sacerdotes diocesanos después del Concilio Vaticano II, era una escuela diaria de fe vivida en acción, especialmente en el contexto de la educación atea de todas las escuelas públicas a las que frecuenté en Checoslovaquia hasta los 26 años. No es fácil imaginar la persecución que se prolongó durante 40 años, con los 15.000 religiosos y religiosas desaparecidos, sus obras misioneras destruidas y llamados a entregar su carisma en la clandestinidad. Sólo después de la caída del régimen comunista supe que mi tío, un obrero, que vivía en la misma casita, era también religioso, un obispo de la Iglesia clandestina.

2. ¿Qué le atrajo y le hizo elegir la vida religiosa, en particular la vida consagrada salesiana? ¿Qué salesianos le influyeron más?

Diría que mis aspiraciones, mis sueños y mi preparación personal fueron “simplemente” desencadenados por la primera invitación explícita a asistir al primer encuentro vocacional salesiano clandestino “Ven y verás”. Me sentí profundamente conmovido, asombrado, atraído por todos aquellos salesianos ancianos que sabían transmitir la vocación y el carisma salesianos tras años de cárcel, trabajos forzados y vida sacrificada. No puedo olvidar mi primer encuentro con el ‘Boletín Salesiano’, las historias de los santos de la familia salesiana y, sobre todo, el ambiente de la espiritualidad salesiana: espíritu de familia, impulso apostólico y fe profunda. Dado que hasta 1989 no existían “estructuras oficiales de formación”, el carisma salesiano se transmitía a través de un acompañamiento espiritual personalizado y cerrado. No sólo un maestro de novicios, ¡sino tres salesianos se ocuparon de ellos durante ese año tan especial! Hoy en día, los Salesianos de Don Bosco son la mayor congregación religiosa masculina de la República Checa.

3. ¿Qué hacía antes de entrar en la vida religiosa?
En realidad, para mí “entrar en la vida religiosa” no era lo mismo que “entrar en la casa salesiana”. Durante aquellos “benditos” tiempos del régimen comunista totalitario, había 400 salesianos en mi país, pero ninguna casa salesiana “oficial”. La mitad de los salesianos vivían y trabajaban en la clandestinidad, mientras que otra mitad participaba en las estructuras diocesanas de la Iglesia. En mi animada parroquia natal (la segunda ciudad checa de Brno) participé desde niño en muchos servicios como monaguillo, boy scout, miembro del coro, voluntario o animador. A los 10 años tuve por primera vez en mis manos la biografía de Don Bosco, pero no conocí al primer salesiano vivo hasta los 22 años, al final de dos años de servicio militar. Esos años “antes” de convertirme en salesiano fueron una época de duros estudios, de duro trabajo en la parroquia, como animador juvenil de diversas maneras, mientras yo vivía como un ciudadano de segunda clase, siendo un ferviente joven católico.

4. Después de vivir tantos años de vida consagrada salesiana, ¿cómo resumiría su vida como sacerdote salesiano hasta ahora?
A la edad de 65 años, uno probablemente ya ha llegado al momento de “hacer balance” de su vida, ¿verdad? Es difícil decirlo en pocas palabras. El lema de mi vida ha cambiado a lo largo de los años, y desde 2008 me he ceñido a la versión asiática de Da mihi animas, cetera tolle: ¡Todo para Jesús, Jesús para todos! Significa vivir cada tarea y misión de mi vida con entusiasmo, alegría y pasión. En los últimos 20 años al lado del Rector Mayor nunca he “mirado atrás”, tratando siempre de contribuir al crecimiento del carisma salesiano con lo mejor de mis fuerzas. Pues, ¡la vida comienza a los 65 años!

5. ¿Le gustaría compartir con nosotros el acontecimiento más memorable de su vida como salesiano de Don Bosco?
Bueno, guardo muchos recuerdos salesianos. En primer lugar, el periodo de formación clandestina en Checoslovaquia, como la caminata de 24 horas por las montañas para llegar a una reunión provincial secreta de un día, o escuchar las historias de hermanos que pasaron años en prisiones y campos de trabajos forzados. Realmente, es muy difícil nombrar el acontecimiento “más memorable”: cada día durante los 16 años en Corea fue un momento especial, luego como primer consejero regional para Asia Oriental – Oceanía (EAO) fue probablemente nuestra primera Visita de Equipo (2005) con el taller Visión-Misión o el Congreso de los Hermanos Salesianos de la EAO en Vietnam (2018). Son demasiados los acontecimientos por los que doy gracias a Dios a lo largo de mi vida. ¡Nunca es suficiente contar y agradecer estas historias y eventos! Si accede al boletín de la EAO (East Asia – Oceania, Asia Oriental-Oceanía) “AustraLasia” en www.bosco.link ¡podrá saber un poco más!

6. ¿Se arrepiente de algo en la vida?
Sí, mis arrepentimientos son siempre de la misma naturaleza. Al final del día (tras un acontecimiento, una misión apostólica, una tarea encomendada) me arrepiento de no haber dedicado todo mi corazón a esa tarea o misión. Concretamente, no escuché lo suficiente al hermano o a los colaboradores laicos en la misión, no di lo mejor de mí en el proceso en curso (tal vez un discernimiento, la preparación de un acontecimiento regional).

7. ¿Qué consejo le daría a un joven que se plantea la vida religiosa? ¿Qué mensaje le gustaría enviar a los jóvenes sobre la vocación misionera?
¿Te gustaría consagrarte a Dios? ¿Te gustaría seguir a Jesús como Don Bosco y su familia? ¡Entrega tu corazón por completo a Jesús! – Me gustaría compartir esta invitación de Don Bosco en el lenguaje de los jóvenes para que se sientan atraídos por este estilo de vida de “hacerse pan para los demás”.
¿Quieres ser profundamente feliz? ¡Comparte tu fe con aquellos que no tienen el privilegio de conocer a Jesús cara a cara! En los últimos 30 años he conocido a la mayoría de los 14.000 salesianos y he comprobado que los más felices de entre ellos suelen ser los misioneros que lo han dejado todo, su propio país y su cultura, ¡para ser la luz de Jesús como misioneros! Sin compartir la fe, la Iglesia dejaría de respirar.

8. Cuando supo que había sido nombrado provincial, ¿cuál fue su reacción?

Sí, fue una gran sorpresa y algo chocante. Sólo dos días antes de la Navidad de 2022, ya preparado para otra visita extraordinaria, esta vez al sur de Asia, fui llamado por el Rector Mayor. El P. Ángel me pidió que aceptara esta nueva e inesperada obediencia. En toda mi vida nunca había dicho “no” a Don Bosco. Como esta nueva llamada se produjo en Valdocco, tuve tiempo de digerir este cambio drástico en mi vida y de rezar por cada uno de los hermanos de la AFM (Africa Meridionale, África del Sur) el primer día. El 1 de enero de 2023, peregriné a pie desde Valdocco hasta los Becchi, para pedir a Don Bosco que nos bendijera a todos en la AFM.

Esta llamada no fue muy diferente de la de 1996, cuando el P. Juan E. Vecchi se puso en contacto conmigo por teléfono en Filipinas durante un congreso regional de Asia Oriental-Oceanía de Cooperadores Salesianos. Fue una conmoción abrumadora, que me mantuvo despierto toda la noche, totalmente inesperada, ya que ni siquiera era miembro del consejo provincial y acababa de llegar a Corea 10 años antes de esta nueva llamada.

9. ¿Qué cualidades de liderazgo cree que aporta a su nuevo papel comoprovincial?
Estoy feliz de compartir con mis hermanos salesianos, mis compañeros misioneros laicos, los miembros de la Juventud Salesiana y la Familia Salesiana mi vida, mi fe y mis convicciones salesianas durante los próximos 6 años. Liderar es posible sobre todo a través del testimonio de vida; ésta es mi profunda convicción personal. Como todo discípulo-misionero de Jesús, probablemente la primera aportación sea mi testimonio personal de vida como salesiano apasionado, misionero, comunicador, amigo de los jóvenes, profundamente enamorado de Don Bosco.
En el pasado reciente he ayudado a muchas inspectorías en su proceso de discernimiento para remodelarse, crecer, ver y avanzar. Después de dos años como rector, seis años como provincial de Corea y 20 años con el consejo del Rector Mayor como visitador extraordinario, me gustaría compartir esta experiencia con la dinámica del crecimiento carismático salesiano. Como salesianos de Don Bosco, somos muy ricos en espíritu, vivimos en una familia con muchos santos (que viven o ayudan desde el cielo). Como mi estilo personal de animación, me gusta llamar la atención de todos para valorar y hacer fructificar estos tesoros en Lesotho, eSwatini y Sudáfrica.
La animación y el gobierno de la comunidad católica y de la familia salesiana tienen sus raíces en una escucha profunda. No es casualidad que reflexionemos sobre las 127 preguntas de Jesús en los Evangelios. El tema actual de la CG28 también termina con un interrogante: ¿Qué tipo de Salesianos para la juventud del sur de África? Me gusta compartir las preguntas y “perder el tiempo” escuchando y caminando con cada hermano.
Volver después de 21 años con el servicio de autoridad, tras haber servido durante muchos años como consejero, es un reto. Sin embargo, fomentar el espíritu de familia y el trabajo en equipo, invertir en la formación permanente de todos los hermanos y acercarme más a Don Bosco son las principales cualidades que deseo en mi servicio de liderazgo inicial.