Casa Salesiana de Castel Gandolfo

Entre las verdes colinas de los Castelli Romani y las tranquilas aguas del Lago Albano, se encuentra un lugar donde la historia, la naturaleza y la espiritualidad se encuentran de manera singular: Castel Gandolfo. En este contexto rico en memoria imperial, fe cristiana y belleza paisajística, la presencia salesiana representa un punto firme de acogida, formación y vida pastoral. La Casa Salesiana, con su actividad parroquial, educativa y cultural, continúa la misión de san Juan Bosco, ofreciendo a los fieles y visitantes una experiencia de Iglesia viva y abierta, inmersa en un ambiente que invita a la contemplación y a la fraternidad. Es una comunidad que, desde hace casi un siglo, camina al servicio del Evangelio en el corazón mismo de la tradición católica.

Un lugar bendecido por la historia y la naturaleza
Castel Gandolfo es una joya de los Castelli Romani, situado a unos 25 km de Roma, inmerso en la belleza natural de los Colli Albani y con vistas al sugestivo Lago Albano. A unos 426 metros de altitud, este lugar se distingue por su clima suave y acogedor, un microclima que parece preparado por la Providencia para acoger a quienes buscan descanso, belleza y silencio.

Ya en época romana este territorio formaba parte del Albanum Caesaris, una antigua finca imperial frecuentada por los emperadores desde los tiempos de Augusto. Sin embargo, fue el emperador Tiberio el primero en residir allí de forma estable, mientras que más tarde Domiciano construyó una espléndida villa, cuyos restos son hoy visibles en los jardines pontificios. La historia cristiana del lugar comienza con la donación de Constantino a la Iglesia de Albano: un gesto que marca simbólicamente el paso de la gloria imperial a la luz del Evangelio.

El nombre Castel Gandolfo deriva del latín Castrum Gandulphi, el castillo construido por la familia Gandolfi en el siglo XII. Cuando en 1596 el castillo pasó a la Santa Sede, se convirtió en residencia de verano de los Pontífices, y el vínculo entre este lugar y el ministerio del Sucesor de Pedro se hizo profundo y duradero.

La Specola Vaticana: contemplar el cielo, alabar al Creador
De particular relevancia espiritual es la Specola Vaticana (Observatorio Vaticano), fundada por el papa León XIII en 1891 y trasladada en los años 30 a Castel Gandolfo debido a la contaminación lumínica de Roma. Ella testimonia cómo también la ciencia, cuando está orientada a la verdad, conduce a alabar al Creador.
A lo largo de los años, la Specola ha contribuido a proyectos astronómicos de gran importancia como la Carte du Ciel y al descubrimiento de numerosos objetos celestes.

Con el empeoramiento adicional de las condiciones de observación incluso en los Castelli Romani, en los años ochenta la actividad científica se trasladó principalmente al Observatorio Mount Graham en Arizona (EE.UU.), donde el Vatican Observatory Research Group continúa las investigaciones astrofísicas. Sin embargo, Castel Gandolfo sigue siendo un importante centro de estudios: desde 1986 acoge cada dos años la Vatican Observatory Summer School, dedicada a estudiantes y graduados en astronomía de todo el mundo. La Specola también organiza congresos especializados, eventos divulgativos, exposiciones de meteoritos y presentaciones de materiales históricos y artísticos con temática astronómica, todo en un espíritu de investigación, diálogo y contemplación del misterio de la creación.

Una iglesia en el corazón de la ciudad y de la fe
En el siglo XVII, el papa Alejandro VII encargó a Gian Lorenzo Bernini la construcción de una capilla palatina para los empleados de las Villas Pontificias. El proyecto, concebido inicialmente en honor a san Nicolás de Bari, fue finalmente dedicado a san Tomás de Villanueva, agustino canonizado en 1658. La iglesia fue consagrada en 1661 y confiada a los Agustinos, que la dirigieron hasta 1929. Con la firma de los Pactos de Letrán, el papa Pío XI encargó a los mismos Agustinos el cuidado pastoral de la nueva Parroquia Pontificia de Santa Ana en el Vaticano, mientras que la iglesia de San Tomás de Villanueva fue posteriormente confiada a los Salesianos.
La belleza arquitectónica de esta iglesia, fruto del genio barroco, está al servicio de la fe y del encuentro entre Dios y el hombre: hoy se celebran numerosos matrimonios, bautizos y liturgias, atrayendo fieles de todo el mundo.

La casa salesiana
Los Salesianos están presentes en Castel Gandolfo desde 1929. En esos años el pueblo experimentó un notable desarrollo, tanto demográfico como turístico, también gracias al inicio de las celebraciones papales en la iglesia de San Tomás de Villanueva. Cada año, en la solemnidad de la Asunción, el papa celebraba la Santa Misa en la parroquia pontificia, una tradición iniciada por san Juan XXIII el 15 de agosto de 1959, cuando salió a pie del Palacio Pontificio para celebrar la Eucaristía entre la gente. Esta costumbre se mantuvo hasta el pontificado del papa Francisco, que interrumpió las estancias veraniegas en Castel Gandolfo. En 2016, de hecho, todo el complejo de las Villas Pontificias fue transformado en museo y abierto al público.

La casa salesiana formó parte de la Inspectoría Romana y, de 2009 a 2021, de la Circunscripción Salesiana Italia Central. Desde 2021 está bajo la responsabilidad directa de la Sede Central, con director y comunidad nombrados por el Rector Mayor. Actualmente los salesianos presentes provienen de diferentes países (Brasil, India, Italia, Polonia) y están activos en la parroquia, en las capellanías y en el oratorio.

Los espacios pastorales, aunque pertenecen al Estado de la Ciudad del Vaticano y por tanto se consideran zonas extraterritoriales, forman parte de la diócesis de Albano, en cuya vida pastoral los Salesianos participan activamente. Están involucrados en la catequesis diocesana para adultos, en la enseñanza en la escuela teológica diocesana y en el Consejo Presbiteral como representantes de la vida consagrada.

Además de la parroquia de San Tomás de Villanueva, los Salesianos gestionan también otras dos iglesias: María Auxiliadora (también llamada “San Pablo”, por el nombre del barrio) y Madonna del Lago, promovida por san Pablo VI. Ambas fueron construidas entre los años sesenta y setenta para responder a las necesidades pastorales de la creciente población.

La iglesia parroquial diseñada por Bernini es hoy destino de numerosos matrimonios y bautizos celebrados por fieles procedentes de todo el mundo. Cada año, con las debidas autorizaciones, se celebran allí decenas, a veces cientos, de ceremonias.

El párroco, además de guiar la comunidad parroquial, es también capellán de las Villas Pontificias y acompaña espiritualmente a los empleados vaticanos que trabajan allí.

El oratorio, actualmente gestionado por laicos, cuenta con la participación directa de los Salesianos, especialmente en la catequesis. En ocasiones de fines de semana, fiestas y actividades de verano como el Verano para Niños, colaboran también estudiantes salesianos residentes en Roma, ofreciendo un valioso apoyo. En la iglesia de María Auxiliadora también existe un teatro activo, con grupos parroquiales que organizan espectáculos, un lugar de encuentro, cultura y evangelización.

Vida pastoral y tradiciones
La vida pastoral está marcada por las principales fiestas del año: san Juan Bosco en enero, María Auxiliadora en mayo con una procesión en el barrio de San Pablo, la fiesta de la Madonna del Lago – y por tanto la fiesta del Lago – el último sábado de agosto, con la estatua llevada en procesión en un barco por el lago. Esta última celebración está involucrando cada vez más también a las comunidades de los alrededores, atrayendo a numerosos participantes, entre ellos muchos motoristas, con quienes se han iniciado momentos de encuentro.

El primer sábado de septiembre se celebra la fiesta patronal de Castel Gandolfo en honor a san Sebastián, con una gran procesión ciudadana. La devoción a san Sebastián data de 1867, cuando la ciudad fue salvada de una epidemia que afectó duramente a los pueblos vecinos. Aunque la memoria litúrgica cae el 20 de enero, la fiesta local se celebra en septiembre, tanto en recuerdo de la protección obtenida como por razones climáticas y prácticas.

El 8 de septiembre se celebra al patrón de la iglesia, san Tomás de Villanueva, coincidiendo con la Natividad de la Bienaventurada Virgen María. En esta ocasión también se celebra la fiesta de las familias, dirigida a las parejas que se han casado en la iglesia de Bernini: están invitadas a regresar para una celebración comunitaria, una procesión y un momento de convivencia. La iniciativa ha tenido muy buena acogida y se está consolidando con el tiempo.

Una curiosidad: el buzón de correos
Junto a la entrada de la casa salesiana se encuentra un buzón, conocido como “Buzón de correspondencias”, considerado el más antiguo aún en uso. Data de 1820, veinte años antes de la introducción del primer sello postal del mundo, el famoso Penny Black (1840). Es una caja oficial de Correos de Italia todavía activa, pero también un símbolo elocuente: una invitación a la comunicación, al diálogo, a la apertura del corazón. El regreso del papa León XIV a su residencia de verano seguramente lo aumentará.

Castel Gandolfo sigue siendo un lugar donde el Creador habla a través de la belleza de la creación, la Palabra proclamada y el testimonio de una comunidad salesiana que, en la sencillez del estilo de Don Bosco, continúa ofreciendo acogida, formación, liturgia y fraternidad, recordando a quienes se acercan a estas tierras en busca de paz y serenidad que la verdadera paz y serenidad sólo se encuentran en Dios y en su gracia.




Visita a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Roma (también en 3D)

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Roma es una iglesia destacada para la ciudad, situada en el barrio de Castro Pretorio, en la vía Marsala, al otro lado de la calle de la Estación Termini. Es sede parroquial y también título cardenalicio, ya que junto a ella se encuentra la Sede Central de la Congregación Salesiana. Celebra su fiesta patronal precisamente en la solemnidad del Sagrado Corazón. Su ubicación cerca de Termini la convierte en un punto visible y reconocible para quienes llegan a la ciudad, con la estatua dorada en el campanario que se recorta en el horizonte como símbolo de bendición para residentes y viajeros.

Orígenes e historia
La idea de construir una iglesia dedicada al Sagrado Corazón de Jesús se remonta al papa Pío IX, quien en 1870 colocó la primera piedra de un edificio inicialmente destinado en honor a San José; sin embargo, ya en 1871 el pontífice decidió dedicar la nueva iglesia al Sagrado Corazón de Jesús. Fue la segunda gran iglesia dedicada al Sagrado Corazón de Jesús después de la de Lisboa, Portugal, iniciada en 1779 y consagrada en 1789, y antes de la famosa SacréCœur de Montmartre, París, Francia, iniciada en 1875 y consagrada en 1919.
La construcción comenzó en condiciones difíciles: con la anexión de Roma al Reino de Italia (1870), los trabajos se interrumpieron por falta de fondos. Fue solo gracias a la intervención de San Juan Bosco, por invitación del pontífice, que la construcción pudo reanudarse definitivamente en 1880, gracias a su esfuerzo sacrificado para recaudar donaciones en Europa y reunir recursos para completar el edificio. El arquitecto encargado fue Francesco Vespignani, ya “Arquitecto de los Sacros Palacios” bajo León XIII, quien llevó a cabo el proyecto. La consagración tuvo lugar el 14 de mayo de 1887, sellando el fin de la primera fase constructiva.

Desde su edificación, la iglesia ha tenido una función parroquial: la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Castro Pretorio fue instituida el 2 de febrero de 1879 con decreto vicario “Postremis hisce temporibus”. Posteriormente, el papa Benedicto XV la elevó a la dignidad de basílica menor el 11 de febrero de 1921, con la carta apostólica “Pia societas”. En época más reciente, el 5 de febrero de 1965, el papa Pablo VI instituyó el título cardenalicio del Sagrado Corazón de Jesús en Castro Pretorio. Entre los cardenales titulares recordamos a Maximilien de Fürstenberg (1967–1988), Giovanni Saldarini (1991–2011) y Giuseppe Versaldi (desde 2012 hasta hoy). El título cardenalicio refuerza el vínculo de la basílica con la Curia papal, contribuyendo a mantener viva la atención sobre la importancia del culto al Sagrado Corazón y la espiritualidad salesiana.
Arquitectura
La fachada se presenta en estilo neorrenacentista, con líneas sobrias y proporciones equilibradas, típicas del renacimiento tardío en la arquitectura eclesiástica de finales del siglo XIX. El campanario, concebido en el proyecto original de Vespignani, permaneció incompleto hasta 1931, cuando se colocó en la cima la imponente estatua dorada del Sagrado Corazón bendiciendo, donada por los exalumnos salesianos en Argentina: visible desde gran distancia, constituye un signo identificativo de la basílica y un símbolo de acogida para quienes llegan a Roma a través de la estación ferroviaria cercana.

El interior se articula según una planta de cruz latina con tres naves, separadas por ocho columnas y dos pilares de granito gris que sostienen arcos de medio punto, e incluye transepto y cúpula central. La nave central y las naves laterales están cubiertas por un techo artesonado, con lunetos decorados en el registro central. Las proporciones internas son armoniosas: el ancho de la nave central de aproximadamente 14 metros y la longitud de 70 metros crean un efecto de amplitud solemne, mientras que las columnas de granito, con vetas marcadas, confieren un carácter de sólida majestuosidad.
La cúpula central, visible desde el interior con sus frescos y lunetos, atrae la luz natural a través de ventanas en la base y aporta verticalidad al espacio litúrgico. En las capillas laterales se conservan pinturas del pintor romano Andrea Cherubini, quien realizó escenas devocionales en sintonía con la dedicación al Sagrado Corazón.
Además de las pinturas de Andrea Cherubini, la basílica conserva varias obras de arte sacro: estatuas de madera o mármol que representan a la Virgen, a los santos patronos de la Congregación Salesiana y a figuras carismáticas como San Juan Bosco.

Los ambientes de San Juan Bosco en Roma
Un elemento de gran valor histórico y devocional lo constituyen las “Habitaciones de Don Bosco” en la parte trasera de la basílica, un espacio donde San Juan Bosco se alojó nueve de las veinte veces que estuvo presente en Roma. Originalmente dos habitaciones separadas —estudio y dormitorio con altar portátil—, luego se unieron para acoger peregrinos y grupos en oración, constituyendo un lugar de memoria viva de la presencia del fundador de los Salesianos. Aquí se conservan objetos personales y reliquias que recuerdan milagros atribuidos al santo en ese período. Este espacio ha sido renovado recientemente y sigue atrayendo peregrinos, estimulando reflexiones sobre la espiritualidad y la dedicación de Bosco hacia los jóvenes.
La basílica y los edificios anexos son propiedad de la Congregación Salesiana, que ha hecho de este lugar uno de los centros neurálgicos de su presencia romana: desde la estancia de don Bosco, el edificio junto a la iglesia albergaba la casa de los Salesianos y posteriormente se convirtió en sede de escuelas, oratorios y servicios para jóvenes. Hoy la estructura acoge, además de las actividades litúrgicas, un trabajo significativo dirigido a migrantes y jóvenes en dificultad. Desde 2017, el complejo es también la Sede Central del gobierno de la Congregación Salesiana.

Devoción al Sagrado Corazón y celebraciones litúrgicas
La dedicación al Sagrado Corazón de Jesús se traduce en prácticas devocionales específicas: la fiesta litúrgica del Sagrado Corazón, celebrada el viernes siguiente a la octava del Corpus Christi, se vive con solemnidad en la basílica, con novenas, celebraciones eucarísticas, adoración eucarística y procesión. La piedad popular alrededor del Sagrado Corazón —difundida especialmente desde el siglo XIX con la aprobación de la devoción por parte de Pío IX y León XIII— encuentra en este lugar un punto de referencia en Roma, atrayendo fieles para oraciones de reparación, entrega y agradecimiento.

Para el Jubileo de 2025, a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús se le ha concedido el privilegio de la indulgencia plenaria, como a todas las demás iglesias del Iter Europaeum.
Recordemos que para celebrar el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Unión Europea y la Santa Sede (1970-2020), se realizó un proyecto de la Delegación de la Unión Europea ante la Santa Sede y las 28 embajadas de los Estados miembros acreditados ante la Santa Sede. Este proyecto consistió en un recorrido litúrgico y cultural en el que cada país señalaba una iglesia o basílica de Roma a la que está particularmente ligado por motivos históricos, artísticos o de tradición de acogida de peregrinos provenientes de ese país. El objetivo principal era doble: por un lado, favorecer el conocimiento mutuo entre ciudadanos europeos y estimular una reflexión sobre las raíces cristianas comunes; por otro, ofrecer a peregrinos y visitantes una herramienta para descubrir espacios religiosos menos conocidos o con significados particulares, haciendo emerger las conexiones de la Iglesia con toda Europa. Ampliando la perspectiva, la iniciativa fue luego retomada en el marco de los caminos jubilares vinculados al Jubileo de Roma 2025, con el nombre latino “Iter Europaeum”, incluyendo el recorrido entre los caminos oficiales de la Ciudad Santa.
El Iter Europaeum prevé paradas en las 28 iglesias y basílicas de Roma, cada una “adoptada” por un Estado miembro de la Unión Europea. La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús fue “adoptada” por Luxemburgo. Las iglesias del Iter Europaeum se pueden ver AQUÍ.
Visita a la Basílica
La Basílica se puede visitar físicamente, pero también virtualmente.

Para una visita virtual en 3D haga clic AQUÍ.

Para una visita virtual guiada pueden seguir los siguientes enlaces:

1. Introducción
2. La historia
3. Fachada
4. Campanario
5. Nave central
6. Pared interior de la fachada
7. Suelo
8. Columnas
9. Paredes de la nave central
10. Techo 1
11. Techo 2
12. Transepto
13. Vidrieras del transepto
14. Altar mayor
15. Presbiterio
16. Cúpula
17. Coro Don Bosco
18. Naves laterales
19. Confesionarios
20. Altares de la nave lateral derecha
21. Frescos de las naves laterales
22. Cúpulas de la nave izquierda
23. Baptisterio
24. Altares de la nave lateral izquierda
25. Frescos de las cúpulas de la nave izquierda
26. Sacristía
27. “Habitaciones” de Don Bosco (versión anterior)
28. Museo de Don Bosco (versión anterior)

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Castro Pretorio es un ejemplo de arquitectura neorrenacentista ligada a acontecimientos históricos marcados por crisis y renacimientos. La combinación de elementos artísticos, arquitectónicos e históricos —desde las columnas de granito hasta las decoraciones pictóricas, desde la célebre estatua en el campanario hasta las Habitaciones de don Bosco— convierte este lugar en un destino de peregrinación espiritual y cultural. Su ubicación cerca de la Estación Termini lo convierte en un signo de acogida para quienes llegan a Roma, mientras que las actividades pastorales dirigidas a los jóvenes continúan encarnando el espíritu de San Juan Bosco: un corazón abierto al servicio, a la formación y a la espiritualidad encarnada. Imperdible.




La nueva Sede Central de los Salesianos. Roma, Sagrado Corazón

Hoy la vocación originaria de la casa del Sagrado Corazón ve un nuevo inicio. Tradición e innovación siguen caracterizando el pasado, el presente y el futuro de esta obra tan significativa.

Cuántas veces don Bosco deseó venir a Roma para abrir una casa salesiana. Desde el primer viaje de 1858 su objetivo era estar presente en la Ciudad Eterna con una presencia educativa. Vino a Roma veinte veces y solo en el último viaje de 1887 logró realizar su sueño abriendo la casa del Sagrado Corazón en Castro Pretorio.
La Obra Salesiana está situada en el barrio Esquilino, nacido en 1875, tras la brecha de Porta Pia y la exigencia por parte de los Saboya de construir en la nueva capital los ministerios del Reino de Italia. El barrio, llamado también Umbertino, es de arquitectura piamontesa, todas las calles llevan el nombre de batallas o eventos relacionados con el estado saboyano. No podía faltar en este lugar, que recuerda a Turín, un Templo, que fuera también parroquia, construido por un piamontés, don Juan Bosco. El nombre de la Iglesia no lo elige don Bosco, sino que es una voluntad de León XIII para relanzar una devoción, más actual que nunca, al Corazón de Jesús.
Hoy la casa del Sagrado Corazón está completamente renovada para responder a las exigencias de la Sede Central de los Salesianos. Desde el momento de su fundación hasta hoy la casa ha sufrido diversas transformaciones. La Obra nace como Parroquia y Templo Internacional para la difusión de la devoción al Sagrado Corazón, desde el principio el objetivo declarado por don Bosco era construir al lado un Hospicio para albergar hasta 500 jóvenes pobres. Don Rua lleva a término la Obra y abre talleres para artesanos (escuela de artes y oficios). En los años sucesivos se abren la escuela secundaria y el bachillerato clásico. Durante algunos años fue también la sede de la universidad (Pontificio Ateneo Salesiano) y una casa de formación para salesianos que estudiaban en las universidades romanas y se comprometían en la escuela y en el oratorio (entre estos estudiantes se cuenta también a don Quadrio). También ha sido sede inspectorial de la Inspectoría Romana primero y de la Circunscripción de Italia Central a partir de 2008. Desde 2017, a causa del traslado desde via della Pisana, se ha convertido en la Sede Central de los Salesianos. Desde 2022 se inició la reestructuración para adecuar los ambientes a la función de casa del Rector Mayor. En esta casa han vivido o pasado: don Bosco, don Rua, el cardenal Cagliero (su apartamento estaba situado en el primer piso de via Marsala), Ceferino Namuncurá, monseñor Versiglia, Artémides Zatti, todos los Rectores Mayores sucesores de don Bosco, san Juan Pablo II, santa Teresa de Calcuta, papa Francisco. Entre los directores de la casa ha desempeñado su servicio monseñor Giuseppe Cognata (durante su rectorado, en 1930, se colocó la estatua del Sagrado Corazón en el campanario).
Gracias al Sagrado Corazón el carisma salesiano se ha difundido en varios barrios de Roma; de hecho, todas las demás presencias salesianas de Roma han sido una gemación de esta casa: el Testaccio, el Pío XI, el Borgo Ragazzi don Bosco, el Don Bosco Cinecittà, el Gerini, la Universidad Pontificia Salesiana.

Encrucijada de acogida
Los rasgos determinantes de la Casa del Sagrado Corazón son, desde los inicios, dos:
1) la catolicidad, en cuanto que abrir una casa en Roma ha significado siempre para los fundadores de las órdenes religiosas una cercanía al Papa y una ampliación de los horizontes a nivel universal. En la primera conferencia a los cooperadores salesianos en el monasterio de Tor De’ Specchi de Roma en 1874 don Bosco afirma que los salesianos se extenderían por todo el mundo y ayudar a sus obras significaba vivir el más auténtico espíritu católico;
2) la atención a los jóvenes pobres: la ubicación cerca de la estación, encrucijada de llegadas y partidas, lugar donde siempre se han reunido los más pobres, está inscrito en la historia del Sagrado Corazón.
Al principio el Hospicio acogía a los jóvenes pobres para enseñarles un oficio, posteriormente el oratorio ha recogido a los jóvenes del barrio; después de la guerra los limpiabotas (jóvenes que lustraban los zapatos a las personas que salían de la estación) fueron recogidos y atendidos primero en esta casa y luego se trasladaron al Borgo Ragazzi don Bosco; a mediados de los años 80 con la primera inmigración en Italia fueron acogidos jóvenes inmigrantes en colaboración con la naciente Cáritas; en los años 90 un Centro de Día recogía a jóvenes como alternativa a la cárcel y les enseñaba los rudimentos de la lectura y escritura y un oficio; desde 2009 un proyecto de integración entre jóvenes refugiados y jóvenes italianos ha visto florecer tantas iniciativas de acogida y de evangelización. La Casa del Sagrado Corazón durante unos 30 años ha sido también sede del Centro Nacional Obras Salesianas de Italia.

El nuevo inicio
Hoy la vocación originaria de la casa del Sagrado Corazón ve un nuevo inicio. Tradición e innovación siguen caracterizando el pasado, el presente y el futuro de esta obra tan significativa.
En primer lugar, la presencia del Rector Mayor con su consejo y de los hermanos que se ocupan de la dimensión mundial indica la continuidad de la catolicidad. Una vocación a la acogida de tantos salesianos que vienen de todo el mundo y encuentran en el Sagrado Corazón un lugar para sentirse en casa, experimentar la fraternidad, encontrarse con el sucesor de don Bosco. Al mismo tiempo es el lugar desde el cual el Rector Mayor anima y gobierna la Congregación trazando las líneas para ser fieles a don Bosco en el hoy.
En segundo lugar, la presencia de un lugar salesiano significativo donde don Bosco ha escrito la carta desde Roma y ha comprendido el sueño de los nueve años. Dentro de la casa estará el Museo Casa don Bosco de Roma que en tres plantas contará la presencia del Santo en la ciudad eterna. La centralidad de la educación como “cosa de corazón” en su Sistema Preventivo, la relación con los Papas que han amado a don Bosco y que él por primero ha amado y servido, el Sagrado Corazón como lugar de expansión del carisma en todo el mundo, el fatigoso recorrido de aprobación de las Constituciones, la comprensión del sueño de los nueve años y su último respiro educativo al escribir la carta desde Roma son los elementos temáticos que, en forma multimedia inmersiva, serán contados a aquellos que visiten el espacio museístico.
En tercer lugar, la devoción al Sagrado Corazón representa el centro del carisma. Don Bosco antes incluso de recibir la invitación a construir la Iglesia del Sagrado Corazón, había orientado a los jóvenes hacia esta devoción. En el Joven Provisto hay oraciones y prácticas de piedad dirigidas al Corazón de Cristo. Pero con la aceptación de la propuesta de León XIII él se convierte en un verdadero y propio apóstol del Sagrado Corazón. No escatima sus fuerzas para buscar dinero para la Iglesia. El cuidado en los mínimos detalles infunde en las elecciones arquitectónicas y artísticas de la Basílica su pensamiento y su devoción al Sagrado Corazón. Para sostener la construcción de la Iglesia y de la casa él funda la Pía Obra del Sagrado Corazón de Jesús, la última de las cinco fundaciones realizadas por don Bosco a lo largo de su vida junto a los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora, los Cooperadores Salesianos, la Asociación de los Devotos de María Auxiliadora. Ella fue erigida para la celebración a perpetuidad de seis misas diarias en la Iglesia del Sagrado Corazón en Roma. Participan todos los inscritos, vivos y difuntos, a través de la oración realizada y las obras buenas cumplidas por los Salesianos y por los jóvenes en todas sus casas.
La visión de Iglesia que deriva de la fundación de la Pía Obra es la de un “cuerpo vivo” compuesto por vivos y difuntos en comunión entre ellos a través del Sacrificio de Jesús, renovado cotidianamente en la celebración eucarística al servicio de los jóvenes más pobres. El deseo del Corazón de Jesús es que todos sean una sola cosa (ut unum sint) como Él y el Padre. La Pía Obra conecta, a través de la oración y las ofrendas, a los benefactores vivos y difuntos, a los Salesianos de todo el mundo y a los jóvenes que viven en el Sagrado Corazón. Solo a través de la comunión, que tiene su fuente en la Eucaristía, los benefactores, los Salesianos y los jóvenes pueden contribuir a construir la Iglesia, a hacerla resplandecer en su rostro misionero. La Pía Obra tiene además la tarea de promover, difundir, profundizar la devoción al Sagrado Corazón en todo el mundo y renovarla según los tiempos y el sentir de la Iglesia.

La estación central para evangelizar
Por último, la atención a los jóvenes pobres se manifiesta en la voluntad misionera de alcanzar a los jóvenes de toda Roma a través del Centro Juvenil abierto en via Marsala, justo a la salida de la estación Termini donde cada día pasan unas 300.000 personas. Un lugar que sea casa para los tantos jóvenes italianos y extranjeros que visitan o viven en Roma y tienen sed, a veces no consciente, de Dios. Desde siempre, además, alrededor de la estación Termini se agolpan diversos pobres marcados por la fatiga de la vida. Otra puerta abierta en via Marsala, además de la del Centro Juvenil y de la Basílica, expresa el deseo de responder a las necesidades de estas personas con el Corazón de Cristo, en ellas de hecho resplandece la gloria de su rostro.
La profecía de don Bosco sobre la Casa del Sagrado Corazón del 5 de abril de 1880 acompaña y guía la realización de cuanto ha sido contado:

Don Bosco miraba lejos. Nuestro monseñor Giovanni Marenco recordaba una misteriosa palabra suya, que el tiempo no debía cubrir de olvido. En el mismo día en que aceptó aquella onerosísima oferta, el Beato le preguntó:
– ¿Sabes por qué hemos aceptado la casa de Roma?
– Yo no, respondió aquel.
– Pues bien, estate atento. La hemos aceptado porque cuando el Papa sea el que ahora no es y como debe ser. Pondremos en nuestra casa la estación central para evangelizar el agro romano. Será obra no menos importante que la de evangelizar la Patagonia. Entonces los Salesianos serán conocidos y resplandecerá su gloria. (MB XIV, 591-592).


don Francesco Marcoccio




Salesianos en Ucrania (vídeo)

La Visitaduría salesiana María Auxiliadora de rito bizantino (UKR) ha adaptado su misión educativo-pastoral desde el inicio de la invasión rusa de 2022. Entre sirenas antiaéreas, refugios improvisados y escuelas en sótanos, los salesianos se han convertido en una presencia cercana y concreta: acogen a desplazados, distribuyen ayuda, acompañan espiritualmente a militares y civiles, transforman una casa en centro de acogida y animan el campus modular «Mariapolis», donde cada día sirven mil comidas y organizan el oratorio y actividades deportivas, incluso el primer equipo ucraniano de Fútbol para Amputados. El testimonio personal de un hermano salesiano revela heridas, esperanzas y oraciones de quien lo ha perdido todo, pero sigue creyendo que, después de este largo Vía Crucis nacional, para Ucrania amanecerá la Pascua de la paz.

La pastoral de la Visitaduría María Auxiliadora de rito bizantino (UKR) durante la guerra
Nuestra pastoral tuvo que modificarse cuando comenzó la guerra. Nuestras actividades educativo-pastorales han tenido que adaptarse a una realidad completamente distinta, marcada a menudo por un sonido incesante de las sirenas que anuncian el peligro de ataques con misiles y bombardeos. Cada vez que suena la alarma, nos vemos obligados a interrumpir las actividades y a bajar con los chicos a los refugios subterráneos o búnkeres. En algunas escuelas, las clases se imparten directamente en los sótanos, para garantizar mayor seguridad a los alumnos.

Desde el principio, nos pusimos sin demora a ayudar y socorrer a la población que sufre. Hemos abierto nuestras casas para acoger a los desplazados, hemos organizado la recogida y distribución de ayuda humanitaria: preparamos con nuestros muchachos y jóvenes miles de paquetes con víveres, ropa y todo lo necesario para enviarlos a la gente necesitada en los territorios cercanos a los combates o en las zonas de combate. Además, algunos de nuestros hermanos salesianos trabajan como capellanes en las zonas de combate. Allí dan apoyo espiritual a los jóvenes militares, pero también llevan ayuda humanitaria a las personas que han permanecido en los pueblos bajo continuos bombardeos, ayudando a algunos de ellos a trasladarse a un lugar más seguro. Un hermano diácono que estuvo en las trincheras vio su salud deteriorada y perdió el tobillo. Cuando hace algunos años leía en el Boletín Salesiano en lengua italiana un artículo que hablaba de los salesianos en las trincheras, en la primera o segunda guerra mundial, no pensaba que esto se haría realidad en esta época moderna en mi país. Me impresionaron una vez las palabras de un jovencísimo soldado ucraniano, que citando a un histórico y eminente oficial, defensor y combatiente por la independencia de nuestro pueblo, decía: «Luchamos defendiendo nuestra independencia no porque odiemos a quien tenemos delante, sino porque amamos a quien tenemos detrás».

En este período hemos transformado también una de nuestras Casas Salesianas en un centro de acogida para desplazados.

Para apoyar la rehabilitación física, mental, psicológica y social de los jóvenes que han perdido extremidades en la guerra, hemos creado un equipo de Fútbol para Amputados, el primer equipo de este tipo en Ucrania.
Desde el inicio de la invasión en 2022, hemos puesto a disposición del ayuntamiento de Leópolis un terreno nuestro, destinado a la construcción de una escuela salesiana, para construir un campus modular para desplazados internos: «Mariapolis», donde nosotros, los salesianos, trabajamos en colaboración con el Centro del Departamento Social del Ayuntamiento. Damos apoyo asistencial y acompañamiento espiritual, haciendo el ambiente más acogedor. Apoyados por la ayuda de nuestra Congregación, de diversas organizaciones como VIS y Missioni Don Bosco, las diversas procuras misioneras y otras fundaciones benéficas, e incluso agencias estatales de otros países, hemos podido organizar la cocina del campus con el personal correspondiente, lo que nos permite ofrecer el almuerzo cada día a unas 1000 personas. Además, gracias a su ayuda, podemos organizar diversas actividades al estilo salesiano para los 240 niños y jóvenes que están presentes en el campus.

Una pequeña experiencia y un pobre testimonio personal
Quisiera compartir aquí mi pequeña experiencia y testimonio… Yo realmente agradezco al Señor que, a través de mi Inspector, me haya llamado a este servicio particular. Desde hace tres años trabajo en el campus que acoge a unos 1.000 desplazados internos. Desde el principio, estoy al lado de personas que lo han perdido todo en un instante, excepto la dignidad. Sus casas están destruidas y saqueadas, los ahorros y bienes acumulados con esfuerzo a lo largo de los años de vida se han desvanecido. Muchos han perdido mucho más y más valioso: a sus seres queridos, asesinados ante sus ojos por misiles o minas. Algunas de las personas que están en el campus tuvieron que vivir durante meses en los sótanos de edificios derrumbados, alimentándose de lo poco que encontraban, aunque estuviera caducado. Bebían el agua de los radiadores y hervían las cáscaras de patata para alimentarse. Luego, a la primera oportunidad, huyeron o fueron evacuados sin saber adónde ir, sin certezas sobre lo que les esperaba. Además, algunos han visto sus ciudades, como Mariúpol, arrasadas. De hecho, en honor a esta bellísima ciudad de María, nosotros los salesianos hemos llamado al campus para los desplazados con el nombre «Mariapolis», confiando este lugar y a los habitantes del campus a la Virgen María. Y Ella, como una madre, está al lado de cada uno en estos momentos de prueba. En el campus, he preparado una capilla dedicada a Ella, donde hay un icono pintado por una señora del campus procedente de la martirizada ciudad de Járkov. La capilla se ha convertido para todos los residentes, independientemente de la confesión de fe cristiana a la que pertenezcan, en lugar de encuentro con Dios y consigo mismos.

Estar con ellos, quererlos, acogerlos, escucharlos, consolarl0s, animarlos, rezar por ellos y con ellos, y apoyarles en lo que puedo, son los momentos que forman parte de mi servicio, que se ha convertido ya en mi vida durante este período. Es una verdadera escuela de vida, de espiritualidad, donde aprendo muchísimo estando junto a su sufrimiento. Casi todos esperan que la guerra termine pronto y llegue la paz, para poder volver a casa. Pero para muchos, ese sueño ya es irrealizable: sus casas ya no existen. Así, como puedo, intento ofrecerles algún asidero de esperanza, ayudándoles a encontrar a Aquel que no abandona a nadie, que está cerca en los sufrimientos y en las dificultades de la vida.

A veces me piden que los prepare para la Reconciliación: con Dios, consigo mismos, con la dura realidad que se ven obligados a vivir. Otras veces, les ayudo en las necesidades más concretas: medicinas, ropa, pañales, visitas al hospital. También hago trabajo administrativo junto con mis tres compañeros laicos. Cada día, a las 17:00, rezamos por la paz, y un pequeño grupo ha aprendido a rezar el Rosario, haciéndolo diariamente.

Como salesiano, intento estar atento a las necesidades de los chicos: desde el principio, con la ayuda de los animadores, hemos creado un oratorio dentro del campus. Además, actividades, excursiones, campamentos en la montaña durante el verano. Asimismo, uno de los compromisos que llevo adelante es supervisar el comedor, para asegurar que ninguna de las personas residentes en el campus se quede sin una comida caliente.

Entre los habitantes del campus está el pequeño Maksym, que se despierta en plena noche, aterrorizado por cualquier ruido fuerte. María, una madre que lo ha perdido todo, incluso a su marido, y que cada día sonríe a sus hijos para que no sientan el peso del dolor. Luego está Petro, de 25 años, que estaba en casa con su novia cuando un dron ruso lanzó una bomba. La explosión le amputó las dos piernas, mientras que su novia murió poco después. Petro pasó toda la noche al borde de la muerte, hasta que los soldados lo encontraron por la mañana y lo pusieron a salvo. La ambulancia no podía acercarse debido a los combates.
En medio de tanto sufrimiento, continúo mi apostolado con la ayuda del Señor y el apoyo de mis hermanos salesianos.

Nosotros, los salesianos de rito bizantino, junto con nuestros 13 hermanos de rito latino presentes en Ucrania –en gran parte de origen polaco y pertenecientes a la Inspectoría salesiana de Cracovia (PLS)– compartimos profundamente el dolor y los sufrimientos del pueblo ucraniano. Como hijos de Don Bosco, continuamos con fe y esperanza nuestra misión educativo-pastoral, adaptándonos cada día a las difíciles condiciones impuestas por la guerra.

Estamos al lado de los jóvenes, de las familias y de todos los que sufren y necesitan ayuda. Deseamos ser signos visibles del amor de Dios, para que la vida, la esperanza y la alegría de los jóvenes nunca sean sofocadas por la violencia y el dolor.

En este testimonio común, reafirmamos la vitalidad de nuestro carisma salesiano, que sabe responder incluso a los desafíos más dramáticos de la historia. Nuestras dos particularidades, la de rito bizantino y la de rito latino, hacen visible esa unidad indivisible del Carisma Salesiano, tal como afirman las Constituciones Salesianas en el art. 100: «El carisma del Fundador es principio de unidad de la Congregación y, por su fecundidad, está en el origen de los diversos modos de vivir la única vocación salesiana».

Creemos que el dolor y el sufrimiento no tienen la última palabra: y que en la fe, cada Cruz contiene ya la semilla de la Resurrección. Después de esta larga Semana Santa, llegará inevitablemente la Resurrección para Ucrania: vendrá la verdadera y justa PAZ.

Algunas informaciones
Algunos hermanos capitulares pedían información sobre la guerra en Ucrania. Permítanme decir algo a modo de Flash informativo. Una aclaración: la guerra en Ucrania no puede interpretarse como un conflicto étnico o una disputa territorial entre dos pueblos con reivindicaciones contrapuestas o derechos sobre un determinado territorio. No se trata de una disputa entre dos partes que luchan por un pedazo de tierra. Y, por lo tanto, no es una batalla entre iguales. Lo que ocurre en Ucrania es una invasión, una agresión unilateral. Aquí se trata de un pueblo que ha agredido indebidamente a otro. Una nación que fabricó motivaciones infundadas, inventándose un presunto derecho, violando el orden y las leyes internacionales, decidió atacar a otro Estado, violando su soberanía e integridad territorial, el derecho a decidir su propio destino y la dirección de su propio desarrollo, ocupando y anexionando territorios. Destruyendo ciudades y pueblos, muchos de ellos arrasados, quitando la vida a miles de civiles. Aquí hay un agresor y un agredido: esta es precisamente la peculiaridad y el horror de esta guerra. Y es partiendo de esta premisa que debería concebirse también la paz que esperamos. Una paz que sepa a justicia y esté basada en la verdad, no temporal, no oportunista, no una paz fundada en conveniencias ocultas y comerciales, evitando crear precedentes para regímenes autocráticos en el mundo que podrían un día decidir invadir otros países, ocupar o anexionar una parte de un país vecino o lejano, simplemente porque lo desean o porque les apetece, o porque son más poderosos.

Otra absurdidad de esta guerra no provocada y no declarada es que el agresor prohíbe a la víctima el derecho a defenderse, intenta intimidar y amenazar a todos aquellos, en este caso otros países, que se ponen del lado de quien está indefenso y se disponen a ayudar a defenderse y a resistir a la víctima agredida injustamente.

Algunas tristes estadísticas
Desde el inicio de la invasión de 2022 hasta hoy (08.04.2025), la ONU ha registrado y confirmado datos relativos a 12.654 muertos y 29.392 heridos entre los CIVILES en Ucrania.

Según las últimas noticias disponibles verificadas por UNICEF, al menos 2.406 NIÑOS han muerto o resultados heridos por la escalada de la guerra en Ucrania desde 2022. Las víctimas infantiles incluyen 659 NIÑOS MUERTOS y 1.747 HERIDOS – es decir, al menos 16 niños muertos o heridos cada semana. Millones de niños siguen teniendo sus vidas trastornadas debido a los ataques en curso o por tener que huir y ser evacuados a otros lugares y países. Los niños de Donbás sufren la guerra desde hace ya 11 años.
Rusia ha puesto en marcha, junto con el plan de invasión de Ucrania, un programa de deportaciones forzadas de niños ucranianos. Los últimos datos hablan de 20.000 niños sacados de sus hogares, detenidos durante meses y sometidos a una rusificación forzada a través de una intensa propaganda antes de la adopción forzada.

P. Andrii Platosh, sdb






Los chicos del cementerio

El drama de los jóvenes abandonados sigue resonando en el mundo contemporáneo. Las estadísticas hablan de unos 150 millones de jóvenes obligados a vivir en la calle, una realidad que se manifiesta de forma dramática también en Monrovia, capital de Liberia. Con motivo de la fiesta de San Juan Bosco, en Viena, se llevó a cabo una campaña de sensibilización promovida por Jugend Eine Welt, una iniciativa que puso de relieve no solo la situación local, sino también las dificultades encontradas en países lejanos, como Liberia, donde el salesiano Lothar Wagner dedica su vida a dar una esperanza a estos jóvenes.

Lothar Wagner: un salesiano que dedica su vida a los chicos de la calle en Liberia
Lothar Wagner, salesiano coadjutor alemán, ha dedicado más de veinte años de su vida al apoyo de los chicos en África Occidental. Después de haber madurado experiencias significativas en Ghana y Sierra Leona, en los últimos cuatro años se ha concentrado con pasión en Liberia, un país marcado por conflictos prolongados, crisis sanitarias y devastaciones como la epidemia de Ébola. Lothar se ha hecho portavoz de una realidad a menudo ignorada, donde las cicatrices sociales y económicas comprometen las oportunidades de crecimiento para los jóvenes.

Liberia, con una población de 5,4 millones de habitantes, es un país en el que la pobreza extrema se acompaña de instituciones frágiles y una corrupción generalizada. Las consecuencias de décadas de conflictos armados y crisis sanitarias han dejado el sistema educativo entre los peores del mundo, mientras que el tejido social se ha desgastado bajo el peso de dificultades económicas y falta de servicios esenciales. Muchas familias no consiguen garantizar a sus hijos las necesidades primarias, empujando así a un gran número de jóvenes a buscar refugio en la calle.

En particular, en Monrovia, algunos chicos encuentran refugio en los lugares más inesperados: los cementerios de la ciudad. Conocidos como «chicos del cementerio», estos jóvenes, privados de una vivienda segura, se refugian entre las tumbas, lugar que se convierte en símbolo de un abandono total. Dormir al aire libre, en los parques, en los vertederos, incluso en las alcantarillas o dentro de tumbas, se ha convertido en el trágico refugio cotidiano para quien no tiene otra opción.

“Es realmente muy conmovedor cuando se camina por el cementerio y se ven chicos que salen de las tumbas. Se acuestan con los muertos porque ya no tienen un lugar en la sociedad. Una situación así es escandalosa”.

Un enfoque múltiple: del cementerio a las celdas de detención
No solo los chicos de los cementerios están en el centro de la atención de Lothar. El salesiano se dedica también a otra realidad dramática: la de los detenidos menores de edad en las prisiones liberianas. La prisión de Monrovia, construida para 325 detenidos, alberga hoy a más de 1.500 prisioneros, entre ellos muchos jóvenes encarcelados sin una acusación formal. Las celdas, extremadamente superpobladas, son un claro ejemplo de cómo la dignidad humana es a menudo sacrificada.

“Falta comida, agua limpia, estándares higiénicos, asistencia médica y psicológica. El hambre constante y la dramática situación espacial a causa de la superpoblación debilitan enormemente la salud de los chicos. En una pequeña celda, proyectada para dos detenidos, están encerrados ocho-diez jóvenes. Se duerme por turnos, porque esta dimensión de la celda ofrece espacio solo de pie a sus numerosos habitantes”.

Para hacer frente a esta situación, organiza visitas diarias en la prisión, llevando agua potable, comidas calientes y un apoyo psicosocial que se convierte en un ancla de salvación. Su presencia constante es fundamental para tratar de restablecer un diálogo con las autoridades y las familias, sensibilizando también sobre la importancia de tutelar los derechos de los menores, a menudo olvidados y abandonados a un destino infausto. «No los dejamos solos en su soledad, sino que tratamos de donarles una esperanza», subraya Lothar con la firmeza de quien conoce el dolor cotidiano de estas jóvenes vidas.

Una jornada de sensibilización en Viena
El apoyo a estas iniciativas pasa también por la atención internacional. El 31 de enero, en Viena, Jugend Eine Welt organizó una jornada dedicada a evidenciar la precaria situación de los chicos de la calle, no solo en Liberia, sino en todo el mundo. Durante el evento, Lothar Wagner compartió sus experiencias con estudiantes y participantes, involucrándolos en actividades prácticas -como el uso de una cinta de señalización para simular las condiciones de una celda superpoblada- para hacer comprender en primera persona las dificultades y la angustia de los jóvenes que viven cotidianamente en espacios mínimos y en condiciones degradantes.

Además de las emergencias cotidianas, el trabajo de Lothar y de sus colaboradores se concentra también en intervenciones a largo plazo. Los misioneros salesianos, de hecho, están comprometidos en programas de rehabilitación que van desde el apoyo educativo a la formación profesional para los jóvenes detenidos, hasta la asistencia legal y espiritual. Estas intervenciones miran a reintegrar a los chicos en la sociedad una vez liberados, ayudándolos a construir un futuro digno y lleno de posibilidades. El objetivo es claro: ofrecer no solo una ayuda inmediata, sino crear un camino que consienta a los jóvenes desarrollar sus propias potencialidades y contribuir activamente al renacimiento del país.

Las iniciativas se extienden también a la construcción de centros de formación profesional, escuelas y estructuras de acogida, con la esperanza de ampliar el número de jóvenes beneficiarios y garantizar un apoyo constante, día y noche. El testimonio de éxito de muchos ex “chicos del cementerio” -algunos de los cuales se han convertido en profesores, médicos, abogados y empresarios- es la confirmación tangible de que, con el apoyo adecuado, la transformación es posible.

A pesar del compromiso y la dedicación, el camino está plagado de obstáculos: la burocracia, la corrupción, la desconfianza de los chicos y la falta de recursos representan desafíos cotidianos. Muchos jóvenes, marcados por abusos y explotación, tienen dificultades para confiar en los adultos, haciendo aún más ardua la tarea de instaurar una relación de confianza y de oferta de un apoyo real y duradero. Sin embargo, cada pequeño éxito -cada joven que recupera la esperanza y empieza a construir un futuro- confirma la importancia de este trabajo humanitario.

El camino emprendido por Lothar y por sus colaboradores testimonia que, a pesar de las dificultades, es posible hacer la diferencia en la vida de los chicos abandonados. La visión de una Liberia en la que cada joven pueda realizar su propio potencial se traduce en acciones concretas, desde la sensibilización internacional a la rehabilitación de los detenidos, pasando por programas educativos y proyectos de acogida. El trabajo, impregnado de amor, solidaridad y una presencia constante, representa un faro de esperanza en un contexto en el que la desesperación parece prevalecer.
En un mundo marcado por el abandono y la pobreza, las historias de renacimiento de los chicos de la calle y de los jóvenes detenidos son una invitación a creer que, con el apoyo adecuado, cada vida puede resurgir. Lothar Wagner continúa luchando para garantizar a estos jóvenes no solo un refugio, sino también la posibilidad de reescribir su propio destino, demostrando que la solidaridad puede realmente cambiar el mundo.




Salesianos en Tarnowskie Góry

En Polonia existe un lugar, tal vez único, donde los Salesianos atienden a jóvenes de distintos orígenes sociales. Niños y jóvenes de zonas urbanas y rurales, ricos y pobres, discapacitados, abandonados por sus padres, marginados se reúnen en una obra. Algunos estudian en la escuela, otros han encontrado aquí un hogar, un patio, un lugar para encontrarse con Dios. Durante veinticinco años, el Instituto Salesiano de Tarnowskie Góry ha sido un segundo hogar no sólo para los jóvenes, sino también un lugar donde se mezclan distintas realidades, apoyando al ser humano, a cada ser humano.

Una breve historia
Tarnowskie Góry es una ciudad de sesenta mil habitantes situada en la Alta Silesia, una región muy especial en el mapa de Polonia por su cultura original, su dialecto y sus numerosas tradiciones. Es una ciudad con una rica historia, cuyos orígenes están vinculados a las minas de plata que funcionaron aquí desde finales del siglo XV hasta principios del siglo XX. La dedicación al trabajo y la fidelidad a la tradición siguen caracterizando hoy a sus habitantes.

Los Salesianos de la Inspectoría de Breslavia (Wroclaw) (PLO) llegaron a Tarnowskie Góry a finales de 1998-1999 para hacerse cargo de los edificios del antiguo instituto de rehabilitación para discapacitados, situado en un hermoso parque natural conocido como Parque Repty. El parque perteneció a la acaudalada familia Donnersmarck, que construyó allí un palacio y dependencias para la servidumbre. Tras la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue destruido y en su lugar se creó un hospital para mineros víctimas de accidentes. El edificio de la servidumbre se amplió y se creó un centro para rehabilitar y adaptar a mineros y otras personas discapacitadas. Con el tiempo, esta institución se llamó Instituto de Rehabilitación para Minusválidos y fue entregada a los Salesianos. Una vez terminadas las obras más necesarias, el 30 de septiembre de 1999 se inauguró solemnemente la presencia salesiana en la ciudad. Se trata de una presencia especial, pues no es sólo una escuela salesiana con oratorio, sino toda la estructura necesaria para acoger e integrar a los discapacitados.

La estructura del Instituto
Hoy en día, la estructura del Instituto Salesiano incluye
– Escuela Primaria y Secundaria con 633 alumnos en el curso 2023-2024;
– Escuela para Necesidades Especiales con casi 50 alumnos y un internado, principalmente para discapacitados, donde viven 30 alumnos;
– Centro de Atención a personas con discapacidad, con cerca de 40 personas;
– el Centro de Rehabilitación, que presta cada año casi 870 servicios de rehabilitación a casi 530 jóvenes menores de edad
– el Oratorio, donde reciben formación unos 70 jóvenes
– el Centro de Hospitalidad, que acoge a diversos grupos para retiros o actividades recreativas.
Más de 150 personas trabajan en el Instituto, atendiendo diariamente a los jóvenes.

Las escuelas
La riqueza de las escuelas reside en los alumnos y los profesores. Las escuelas del Instituto emplean a profesores que, además de su formación especializada, tienen cualificaciones en pedagogía y terapia especiales. Las aptitudes de estos profesores responden a las necesidades especiales de los alumnos con discapacidades físicas y dificultades específicas de aprendizaje, que no faltan en las escuelas salesianas de Tarnowskie Góry. Los profesores son creativos, mejoran constantemente sus competencias y tienen mucha experiencia en su trabajo.

El programa educativo de las escuelas se deriva de los principios del Sistema Educativo Salesiano y tiene particularmente la fórmula de integración de este trabajo. Al mismo tiempo, el programa define la especificidad de la escuela católica y salesiana, que basa sus actividades educativas en valores cristianos. En particular, se educa a los jóvenes en la aceptación y la formación de sí mismos en base a sus propias capacidades y a los limitaciones de la discapacidad; en la amabilidad y la tolerancia de las concepciones del mundo, la religión y la raza; en vivir y actuar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia católica; en el patriotismo y la preocupación por el bien común; en la sensibilidad hacia el destino de los demás; en la capacidad de afrontar la preparación para la vida profesional, familiar y personal; en la verdad, la independencia, la responsabilidad; en la comunión con la naturaleza y el uso de sus bienes; en la formación de la cultura personal.

Escuela para Necesidades Especiales con internado

La Escuela de Necesidades Especiales con internado acoge a alumnos discapacitados de toda Polonia. El objetivo de la escuela y del internado es permitir a los alumnos recibir una educación adecuada a sus capacidades y proporcionarles una atención educativa integral, así como posibilitar su participación en la rehabilitación terapéutica y social y preparar a los alumnos para su participación independiente en la vida social. Esta parte de la obra salesiana en Tarnowskie Góry hace presente de forma especial la dimensión del hogar según los criterios del Sistema Preventivo de Don Bosco y sensibiliza a toda la comunidad sobre los jóvenes más necesitados.

Centro de asistencia a personas con discapacidad
El centro de asistencia para personas con discapacidad es una estructura pública dentro de la obra salesiana que lleva a cabo tareas de rehabilitación social y profesional. Ayuda al desarrollo general mejorando la idoneidad de los adultos para funcionar de la forma más independiente y activa posible en su entorno. Las actividades de rehabilitación se adaptan a las capacidades y habilidades individuales de los participantes. Tienen acceso a talleres terapéuticos adecuadamente equipados, dirigidos por terapeutas e instructores cualificados.

Centro de Rehabilitación
Es una institución creada para ofrecer actividades terapéuticas y de rehabilitación permanentes e integrales a alumnos discapacitados y con necesidades especiales. Se trata de una ventaja indudable del Instituto Salesiano, ya que los jóvenes que necesitan rehabilitación pueden beneficiarse de ella en su lugar de estudio y residencia y en horarios coordinados con las actividades escolares.

Oratorio

El Oratorio es la realización de la idea fundamental de Don Bosco: crear un entorno para los jóvenes que sea hogar, escuela, patio de recreo e iglesia. Ofrece a los alumnos y a los responsables del Centro, así como a los niños y jóvenes de fuera, la posibilidad de: emplear bien su tiempo libre, desarrollar sus capacidades sociales, artísticas e intelectuales, educarles para ser activos y actuar por el bien de los demás, y darles la oportunidad de profundizar en su vida espiritual. Los jóvenes, sobre todo los escolares, se forman para ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos” en la vida adulta; participan en la formación en la comunidad local, pero también a nivel de la Provincia de Breslavia. Prestan un servicio a los jóvenes tanto en la escuela como fuera de ella, por ejemplo, en el verano juvenil.

Hospitalidad
El Centro ofrece un lugar para acoger a huéspedes que desean descansar, renovarse espiritualmente y disfrutar de la belleza de la campiña circundante. De hecho, a lo largo del año el Instituto acoge a diversos grupos, especialmente a los que desean vivir momentos de formación o retiro.

La Colina de las Bienaventuranzas, donde se realiza el sueño de Don Bosco
El corazón de la Obra Salesiana de Tarnowskie Góry es una capilla dedicada a Don Bosco. En el altar hay una estatua del educador turinés que señala la meta a Santo Domingo Savio: el cielo. De hecho, el objetivo de la actividad salesiana en Tarnowskie Góry es la educación mediante la evangelización y la evangelización mediante la educación. Es interesante señalar que el Instituto está situado en una colina. Es, en cierto sentido, la “Colina de las Bienaventuranzas”: aquí Dios bendice verdaderamente a los jóvenes, aquí les enseña el modo de vida según las Bienaventuranzas del Evangelio a través de las manos de los maestros y educadores. En esta colina, cada día, se realiza el sueño de Don Bosco, aunque a veces tenga que realizarse a lo largo de un sendero sembrado de espinas, como él mismo soñó: “Aquí está tu campo, aquí es donde debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto (…). A su debido tiempo lo comprenderás todo”.

don Krystian SUKIENNIK, sdb




El Don Bosco de Nápoles. El oratorio de los mil oficios

            El origen de la presencia salesiana en Nápoles se remonta al mismo Don Bosco; Nápoles fue la ciudad más meridional visitada por Don Bosco entre el 29 y el 31 de marzo de 1880. En esta ocasión Don Bosco celebró la Eucaristía en la iglesia de San José de Via Medina, asistido por un pequeño ministrante llamado Peppino Brancati. Pocos años después, el muchacho napolitano fue a Valdocco con Don Bosco y se convirtió en el primer salesiano del sur de Italia; también se le dedicó un hogar de acogida en Torre Annunziata.
            En el barrio periférico de Doganella, los hijos de Don Bosco iniciaron sus actividades en 1934, en locales pobres e insuficientes para acoger al gran número de jóvenes que acudían a su alrededor.
            Veinte años más tarde, una vez pasada la terrible tormenta de la guerra, en 1954 se pusieron manos a la obra para construir el gran Instituto que existe en la actualidad, edificado con conspicuas aportaciones de benefactores privados y organizaciones.
            El 28 de mayo de 1959 fue inaugurado por el Presidente de la República Giovanni Gronchi. En el año del centenario de la muerte de Don Bosco, el 21 de octubre de 1988, el Rector Mayor Don Egidio Viganò inauguró el Centro Social “Don Bosco” en el que el Instituto fue rediseñado según las necesidades de los tiempos y en fidelidad dinámica al Fundador.
            Hoy el Don Bosco de Nápoles, se presenta como una realidad dinámica abierta al territorio que, partiendo del carisma de Don Bosco, responde a las nuevas pobrezas educativas presentes en la ciudad.
            Nápoles es una ciudad bella y compleja que genera problemas complejos, y es por esta razón que nuestra casa salesiana se ha estructurado de manera articulada, respondiendo sin embargo a un simple criterio unificador: el criterio oratoriano, ¡el Oratorio de los Mil Oficios!

Una casa que acoge
            A lo largo de los años, los Salesianos han sabido reinventar la vocación de acogida, pasando de los grandes internados de los años sesenta a la comunidad familiar, estructuras más acogedoras para los niños con proyectos educativos individualizados. ¡En nuestra casa tenemos tres de ellas! La primera es la comunidad familiar “Il Sogno” (El Sueño), gestionada por la APS salesiana “Piccoli Passi grandi sogni” (Pequeños Pasos, Grandes Sueños), fundada en 2007. En sus 15 años de existencia ha acogido a 120 jóvenes, en su mayoría de Nápoles y provincia, tanto del ámbito penal como administrativo. En 2017, Nápoles vivió la emergencia del desembarco de refugiados y los salesianos respondieron: nació la comunidad para menores extranjeros no acompañados “Il Ponte” (El Puente). Son niños que han afrontado viajes interminables entre mil peligros para llegar a Europa. Para la mayoría de ellos, Libia fue la etapa más traumática. Pero eso no es suficiente… en 2018, ante la dramática situación de menores abandonados en las calles, especialmente en la zona de la estación, se creó la comunidad de acogida rápida “La zattera” (La Balsa). Se trata de una sala de urgencias educativas 24 horas, a la que la policía, los trabajadores sociales o los ciudadanos siempre pueden acudir para proporcionarles un techo, una comida, ropa, pero sobre todo la oportunidad de empezar de nuevo. Más de 250 jóvenes de 32 países de todo el mundo han pasado por estas dos comunidades. Entre las historias de redención y renacimiento de estos jóvenes, me gusta contar la de Mustafá, somalí de 17 años. La policía lo encontró tirado en el suelo en la estación central. Recuerdo la tarde en que llegó a la portería de nuestro centro acompañado por la asistente social, acogido por Pietro y Don Vanni. Parecía aterrorizado, pero sobre todo me di cuenta de que no podía andar; en las cárceles libias le habían roto la cadera. Han pasado tres años desde que Mustafá cursó el tercer grado con nosotros, se operó y ahora camina bastante bien; se ha matriculado en el primer curso de nuestro Centro de Formación Profesional. Cada vez que le veo me acuerdo de aquella tarde en la portería y pienso en los milagros de Don Bosco.

La escuela que inicia la vida
            Don Bosco solía decir que mis muchachos tienen “la inteligencia en las manos” y esto se aplica aún más a los muchachos napolitanos. Sin embargo, Nápoles es también la ciudad de Italia con la tasa más alta de abandono escolar. ¿Cómo podemos luchar contra el abandono escolar aprovechando la inteligencia de los chicos y chicas napolitanos? ¡La formación profesional! En 2018 inauguramos un nuevo Centro de Formación Profesional junto con otros socios que comparten esta gran misión educativa: la Fundación San Gennaro, la Fundación Franca y Alberto Riva, IF learn and do, Cooperativa il Millepiedi, Cometa Formazione. Así nació la School of Doing, una escuela innovadora y hermosa que hace del enfoque educativo y de la relación con las empresas su seña de identidad. Con los dos cursos de “operador de sistemas y servicios logísticos” y “operador de reparación de vehículos de motor” damos una respuesta concreta a los jóvenes de la zona.
            Junto a estos dos cursos estructurados de tres años, el Oratorio de los Mil Oficios ofrece una pluralidad de talleres en los que practicar, experimentar, aprender un oficio, encontrar el propio mundo en el mundo: el taller de pizzería “Anem e Pizza”, el taller de peluquería “Cap Appost”, el centro “Le Ali” con la posibilidad que ofrece de cualificarse como cocinero, camarero y sala de bar, la banda Don Bosco que ofrece la oportunidad a los jóvenes de aprender y tocar un instrumento, y muchas otras posibilidades, muchos otros oficios.
Iglesia que evangeliza
            Nuestra comunidad salesiana anima la parroquia Don Bosco del barrio de la Amistad. Es una presencia evangelizadora en una zona que ve en nosotros los salesianos un punto de referencia, una presencia constante que acompaña en todas las estaciones de la vida y en todas las situaciones de la vida, dado que nuestra comunidad se ocupa también de la pastoral del Hospital San Juan Bosco.
            El momento central de la vida oratoriana es la oración con las buenas noches salesianas, cuando todos los sectores y todos los proyectos se detienen para dedicar unos minutos al diálogo con Dios, con palabras sencillas y cercanas a la vida cotidiana. Así es como los chicos que frecuentan el centro de día, los talleres de educación de calle, los proyectos territoriales con las escuelas, los chicos de la escuela de fútbol y los chicos que entran libremente en el oratorio se reconocen pertenecientes a la misma gran familia salesiana. La “llamada” a la oración de Don Miguel a las 17.30 representa un rito educativo esencial para nuestro trabajo, ¡porque la educación también necesita sus ritos!

Patio para encontrarse como amigos
            El patio es el centro geográfico y carismático de nuestra obra. Don Bosco tiene un hermoso y espacioso patio con muchos campos, un gran pórtico, una “plaza” a la medida de un muchacho, la plaza de la alegría. Este espacio es tanto más precioso cuanto que está situado en una parte de la ciudad que no tiene ningún espacio dedicado a los chicos, que a menudo se ven obligados a permanecer en la calle con todos los peligros que ello conlleva. Aún recuerdo una tarde soleada en el patio cuando una madre llegó, casi con lágrimas en los ojos, dejando a sus hijos en el oratorio, diciendo “menos mal que estáis aquí los salesianos”. Unos minutos antes, en una plaza cercana, una niña que paseaba con su abuela había sido alcanzada por una bala. Conscientes de que solos no podemos educar, hemos construido una red con otros organismos de la zona, familia, escuela, servicios sociales, parroquias, asociaciones.
            El patio está habitado diariamente por cientos de niños y decenas de educadores que hacen de él un espacio educativo para encontrarse como amigos. El deporte abierto a todos nos permite entonces comprometer a cientos de muchachos y muchachas con sus familias.
            A lo largo de estos años me he convencido cada vez más de que Don Bosco, con su estilo educativo y su bondad, tiene mucho que dar a Nápoles, pero también de que Nápoles, con su belleza y su brillo, enriquece a Don Bosco, le hace más simpático, en resumen, ¡son una pareja ganadora!

Fabio Bellino




Casa Salesiana de Châtillon

Situado en una hermosa zona montañosa a los pies de los Alpes, cerca de Suiza, el Casa Salesiana de Châtillon tiene una historia especial y exitosa.

En la región del Valle de Aosta, hay un municipio llamado Châtillon (el nombre viene del latín “Castellum”) situado entre el monte Zerbion al norte y el monte Barbeston al sur; es el tercer municipio más poblado de la región.
En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, se fundó en esta localidad una empresa, Soie de Châtillon (“Seda de Châtillon”), que empezó a trabajar en el campo de las tecnofibras con tecnología moderna. La presencia de centrales hidroeléctricas cercanas que suministraban electricidad condicionó la elección del emplazamiento de la empresa, ya que aún no existían redes eléctricas extensas para transportar la electricidad.
En 1942, la empresa pasó a ser propiedad de la Società Saifta (Società Anonima Italiana per le Fibre Tessili Artificiali S.p.A.).
Tras la Segunda Guerra Mundial, la Sociedad Saifta, que gestionaba la fábrica “Soie” de Châtillon, inicialmente destinada a internado para obreras, recurrió a los Salesianos y puso a su disposición estos edificios para acoger en régimen de internado a los huérfanos de guerra y a los hijos de los empleados de “Soie”. Así nació el Instituto Orfanato Salesiano “Don Bosco” de Châtillon, nombre que ha permanecido hasta nuestros días, aunque los huérfanos ya no estén allí.
A finales de agosto de 1948, 33 chicos iniciaron un curso de Formación Profesional Industrial en las dos especialidades de Mecánicos-Ajustadores y Carpinteros-Ebanistas: esta última especialidad era muy útil en la zona montañosa y boscosa.
Unos meses más tarde, el 5 de febrero de 1949, se inauguró oficialmente el Orfanato “Don Bosco”, destinado a acoger a los jóvenes pobres del Valle de Aosta e iniciarlos en el aprendizaje de una profesión.
Con la introducción de la escolaridad obligatoria en 1965, la Escuela Profesional fue sustituida por la Escuela Media, y la Escuela Técnica por el Instituto Profesional de Industria y Artesanía (IPIA), en las dos especialidades: Mecánicos, Ebanistas y fabricantes de muebles.
A finales de los años setenta, la empresa Saifta entró en crisis, dejó de apoyar económicamente al Orfanato y puso en venta la estructura de la “Soie”. La Región Valle de Aosta, en mayo de 1980, dándose cuenta de la importancia y el valor de la obra -que tanto se había desarrollado entretanto- compró toda la estructura educativa y la ofreció para su gestión a los Salesianos.
Las actividades educativas continuaron, desarrollándose en la escuela profesional, fruto de la colaboración de los Salesianos con las empresas locales.
Desde 1997, el Centro de Formación Profesional (CFP) ofrece cursos para carpinteros, mecánicos y diseñadores gráficos.
En 2004, el CFP ofreció cursos para instaladores eléctricos y también cursos de postgrado.
Desde 2006 hay cursos para instaladores eléctricos, mecánicos, cursos de posgrado y mecánicos de automóviles.
A partir del curso 2010-2011, con la reforma Gelmini, el Instituto Profesional pasó de tener una duración de tres años a cinco.

Actualmente, el Hogar Salesiano, denominado Instituto Salesiano Orfanato “Don Bosco”, cuenta con varias áreas educativas
– un Centro de Formación Profesional: un curso trienal de mecánica y carrocería de automóviles; cursos para trabajadores y empresas (cursos diurnos de formación inicial post-diploma y cursos nocturnos de actualización para los empleados), que forman parte de la federación CNOS/FAP Región Valle de Aosta, creada en julio de 2001
– un Instituto Profesional de Industria y Artesanía (IPIA), con dos direcciones: MAT (Mantenimiento-Asistencia Técnica-Mecánica); PIA (Producción-Artesanía Industrial-Made in Italy-Madera);
– una escuela media, secundaria igualitaria, que acoge a chicos y chicas del valle medio-bajo;
– un internado Don Bosco, reservado a los alumnos del IPIA, que acoge, de lunes a viernes, a jóvenes del Piamonte cercano o de los valles.

La preparación de estos jóvenes se confía a una comunidad educativa, cuyos primeros protagonistas son la comunidad salesiana, los profesores laicos, educadores, colaboradores, y también los padres y grupos de la familia salesiana (cooperadores, antiguos alumnos).

Sin embargo, el enfoque educativo no se ha detenido sólo en la preparación humana y profesional para formar ciudadanos íntegros, sino también para hacer buenos cristianos.
Aunque los espacios de la casa -por ser demasiado pequeños- no permiten realizar actividades de formación cristiana, se encontró una solución para éstas y para celebraciones importantes. Más arriba y a poca distancia de la Casa Salesiana de Châtillon se encuentra la antigua parroquia de San Pedro (atestiguada ya en el siglo XII), que cuenta con una gran iglesia. El acuerdo con la parroquia ha dado muchos frutos, entre ellos la propagación de la devoción a la Virgen de Don Bosco, María Auxiliadora, advocación muy querida por los Salesianos. El fruto de esta devoción se manifestó también en la recuperación de la salud de varias personas (Blanchod Martina, Emma Vuillermoz, Pession Paolina, etc.), atestiguada por los escritos de la época.
El sincero deseo de hacer el bien por parte de todos los que contribuyeron al desarrollo condujo al éxito de esta obra salesiana.
En primer lugar, los empresarios que comprendieron la necesidad e importancia de la educación de los niños en situación de riesgo, y al mismo tiempo promovieron la formación de posibles futuros empleados. No sólo ofrecieron sus instalaciones, sino que también apoyaron económicamente las actividades educativas.
Luego vino la sabiduría de las autoridades locales, que comprendieron la importancia del trabajo realizado durante más de 30 años y se ofrecieron inmediatamente a seguir prestando apoyo a los niños y también a las empresas de la zona, proporcionándoles así trabajadores cualificados.
Por último, pero no menos importante, hay que reconocer la labor realizada por los Salesianos y sus colaboradores de todo tipo, que han hecho todo lo posible para que no se apague la esperanza del futuro: los jóvenes y su formación integral.
Esta profesionalidad en la preparación de los jóvenes, junto con el cuidado de las estructuras logísticas (aulas, laboratorios, gimnasios, patios), el esmerado y constante mantenimiento de los locales, la conexión con el territorio, han propiciado un reconocimiento generalizado que se refleja también en el hecho de que una calle y una plaza de Châtillon estén dedicadas a San Juan Bosco.

Cuando los hombres buscan sinceramente el bien y se esfuerzan por conseguirlo, Dios da su bendición.




Casa Salesiana Tibidabo

Situada en la cima más alto de la sierra de Collserola que ofrece una hermosa vista de Barcelona, la Casa Salesiana Tibidabo tiene una historia especial, vinculada a la visita de Don Bosco a España en 1886.

El nombre de la colina, “Tibidabo”, deriva del latín “Tibidabo”, que significa “te daré”, y se deriva de unos versículos de la Sagrada Escritura: “… et dixit illi haec tibi omnia dabo si cadens adoraveris me”, ‘… y le dijo: Todo esto te daré si te arrojas a mis pies y me adoras” (Mateo 4, 9). Esta frase la pronuncia el tentador a Jesús desde una gran altura, mostrándole los reinos de la tierra, intentando tentarlo con las riquezas de este mundo.

El antiguo nombre de la colina de Barcelona era Puig de l’Àliga (Colina del Águila). El nuevo nombre “Tibidabo”, al igual que otros nombres bíblicos (Valle de Hebrón, Monte Carmelo, etc.), se lo dieron algunos religiosos que vivían en la zona. La elección de este nuevo nombre se debió a la majestuosa vista que ofrece sobre la ciudad de Barcelona, desde una altura que da la sensación de dominarlo todo.

Durante su viaje a España, la tarde del 5 de mayo de 1886, Don Bosco se dirigió a la basílica de Nuestra Señora de la Misericordia, patrona de la ciudad de Barcelona, para agradecerle los favores recibidos durante su visita a la ciudad y por la obra salesiana que había iniciado en Sarrià. Allí, unos señores de las Conferencias de San Vicente de Paúl se acercaron a él, le cedieron la propiedad de un terreno en lo alto del Tibidabo y le pidieron que construyera allí un santuario al Sagrado Corazón de Jesús. Le pedían este favor “para mantener firme e indestructible la religión que usted nos ha predicado con tanto celo y ejemplo y que es la herencia de nuestros padres”.

La reacción de Don Bosco fue espontánea: “Estoy desconcertado por esta nueva e inesperada prueba de vuestra religiosidad y piedad. Gracias por esto; pero sabed que, en este momento, sois un instrumento de la divina Providencia. Cuando salía de Turín para venir a España, pensé: ahora que la iglesia del Sagrado Corazón de Roma está casi terminada, debemos estudiar cómo promover cada vez más la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Y una voz interior me aseguró que encontraría los medios para realizar mi deseo. Esta voz me repetía: Tibidabo, tibidabo (te daré, te daré). Sí, señores, ustedes son los instrumentos de la Divina Providencia. Con vuestra ayuda, pronto se construirá en esta montaña un santuario dedicado al Sagrado Corazón de Jesús; allí todos tendrán el consuelo de acercarse a los santos sacramentos, y vuestra caridad y vuestra fe, de las que me habéis dado tantas y tan bellas pruebas, serán siempre recordadas” (MB XVIII,114).

El 3 de julio del mismo año, 1886, la ya Venerable Dorotea de Chopitea, promotora de la obra salesiana en Barcelona y facilitadora de la visita de Don Bosco a la ciudad, financió la construcción de una pequeña capilla dedicada al Sagrado Corazón en la misma colina.

El proyecto de construcción del templo sufrió importantes retrasos, debido principalmente a la aparición de un nuevo proyecto para construir un observatorio astronómico en la cima del Tibidabo, que finalmente se levantó en una colina cercana (Observatorio Fabra).

En 1902 se colocó la primera piedra de la iglesia y en 1911 se inauguró la cripta del actual santuario del Tibidabo en presencia del entonces rector mayor, el padre Paolo Albera. Pocos días después de la inauguración, ésta recibió el nombre de “Templo Expiatorio y Nacional del Sagrado Corazón de Jesús”, de acuerdo con una decisión tomada en el XXII Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Madrid a finales de junio de 1911. Las obras se completaron en 1961 con la erección de la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, setenta y cinco años después de la visita de Juan Bosco a Barcelona. El 29 de octubre de 1961, la iglesia recibió el título de basílica menor, concedido por el Papa Juan XXIII.

Hoy en día, el templo sigue atrayendo a un gran número de peregrinos y visitantes de todo el mundo. Acoge cordialmente a todos los que se acercan a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, por cualquier motivo, dándoles la oportunidad de recibir el mensaje del Evangelio y de acercarse a los sacramentos, especialmente a la Eucaristía y la Reconciliación. Es al mismo tiempo una parroquia confiada a los Salesianos, aunque cuenta con pocos feligreses permanentes.
Para quienes acuden con la intención de pasar un momento en oración, también pone a su disposición los materiales que ofrece la Red Mundial de Oración del Papa, de la que el Templo es miembro.
La adoración al Santísimo Sacramento continúa durante el día y se fomenta la práctica de la adoración nocturna.
Y a quienes deseen hacer un retiro, se les proporciona alojamiento y comida dentro de la estructura salesiana.
Una obra dedicada al Sagrado Corazón de Jesús querida por la Providencia a través de San Juan Bosco, que continúa su misión a través de la historia.

don Joan Codina i Giol, sdb
Director Tibibabo

Galería de fotos de la Casa Salesiana del Tibidabo

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Bendición de la Capilla del Sagrado Corazón, Tibidabo, 03.07.1886
Camino a la Capilla del Sagrado Corazón, Tibidabo, 1902
Templo Expiatorio del Sagrado Corazón. Cripta en 1911
Estatua del Sagrado Corazón en el Tibidabo
Cúpula del altar de la cripta del Tibidabo
Detalle de la cúpula del altar de la cripta del Tibidabo. Don Bosco recibe la propiedad





Basílica del Sagrado Corazón en Roma

En el ocaso de su vida, obedeciendo un deseo del Papa León XIII, Don Bosco asumió la difícil tarea de construir el templo del Sagrado Corazón de Jesús en el Castro Pretorio de Roma. Para completar la gigantesca empresa no escatimó fatigosos viajes, humillaciones, sacrificios, que acortaron su preciosa vida de apóstol de la juventud.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se remonta a los comienzos de la Iglesia. En los primeros siglos, los Santos Padres invitaban a mirar el costado traspasado de Cristo, símbolo del amor, aunque no se refirieran explícitamente al Corazón del Redentor.
Las primeras referencias encontradas proceden de las místicas Matilde de Magdeburgo (1207-1282), Santa Matilde de Hackeborn (1241-1299), Santa Gertrudis de Helfta (ca. 1256-1302) y el beato Enrique Suso (1295-1366).
Se produjo un importante desarrollo con las obras de San Juan Eudes (1601-1680), y después con las revelaciones privadas de la visitandina Santa Margarita María Alacoque, difundidas por San Claudio de la Colombière (1641-1682) y sus hermanos jesuitas. A finales del siglo XIX se difundieron las iglesias consagradas al Sagrado Corazón de Jesús, principalmente como templos expiatorios.
Con la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón de Jesús, a través de la encíclica de León XIII, Annum Sacrum (1899) el culto se extendió y fortaleció enormemente con dos encíclicas más que vendrían después: Miserentissimus Redemptor (1928) de Pío XI y sobre todo Haurietis Aquas (1956) de Pío XII.

En tiempos de Don Bosco, tras la construcción de la estación de ferrocarril de Termini por el Papa Pío IX en 1863, el barrio empezó a poblarse y las iglesias de los alrededores no podían atender adecuadamente a los fieles. Esto llevó al deseo de construir un templo en la zona, y en un principio se planeó dedicarlo a San José, que fue nombrado patrón de la Iglesia Universal el 8 de diciembre de 1870. Tras una serie de acontecimientos, en 1871 el papa cambió el patronazgo del templo deseado, dedicándolo al Sagrado Corazón de Jesús, y permaneció en fase de planificación hasta 1879. Mientras tanto, el culto al Sagrado Corazón siguió extendiéndose, y en 1875, en París, en la colina más alta de la ciudad, Montmartre (Monte de los Mártires), se colocó la primera piedra de la iglesia del mismo nombre, Sacré Cœur, que fue terminada en 1914 y consagrada en 1919.

Tras la muerte del Papa Pío IX, el nuevo Papa León XIII (como arzobispo de Perugia había consagrado su diócesis al Sacré Cœur) decidió reanudar el proyecto, y la primera piedra se colocó el 16 de agosto de 1879. Las obras se detuvieron poco después por falta de apoyo financiero. Uno de los cardenales, Gaetano Alimonda (futuro arzobispo de Turín) aconsejó al Papa que confiara la empresa a Don Bosco y, aunque el pontífice dudó en un primer momento conociendo los compromisos de las misiones salesianas dentro y fuera de Italia, le hizo la propuesta al Santo en abril de 1880. Don Bosco no lo pensó dos veces y respondió: “El deseo del Papa es para mí un mandato: acepto el compromiso que Vuestra Santidad que tiene la bondad de confiarme”. Cuando el Papa le advirtió que no podía apoyarle económicamente, el Santo sólo le pidió la bendición apostólica y los favores espirituales necesarios para la tarea que se le había encomendado.

Colocación de la primera piedra de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Roma

A su regreso a Turín, quiso la aprobación del Capítulo para esta empresa. De los siete votos, sólo uno fue positivo: el suyo… El Santo no se desanimó y argumentó: “Todos ustedes me han dado un ‘no’ rotundo y eso está bien, porque han actuado según la prudencia requerida en casos graves de gran importancia como éste. Pero si en lugar de un ‘no’ me dais un ‘sí’, os aseguro que el Sagrado Corazón de Jesús enviará los medios para construir su iglesia, pagar nuestras deudas y darnos una buena propina” (MB XIV,580). Tras este discurso se repitió la votación y los resultados fueron todos positivos y la principal bendición fue el Hospicio del Sagrado Corazón que se construyó junto a la iglesia para niños pobres y abandonados. Este segundo proyecto de hospicio se incluyó en una Convención realizada el 11 de diciembre de 1880, que garantizaba el uso perpetuo de la iglesia a la Congregación Salesiana.
La aceptación le causó graves preocupaciones y le costó la salud, pero Don Bosco, que enseñó a sus hijos el trabajo y la templanza y dijo que sería un día de triunfo cuando se dijera que un salesiano había muerto en el campo de batalla agotado por la fatiga, les precedió con el ejemplo.

La construcción del Templo del Sagrado Corazón en el Castro Pretorio de Roma se hizo no sólo por obediencia al Papa sino también por devoción.
Retomemos una de sus intervenciones sobre esta devoción, pronunciado en unas buenas noches a sus alumnos y hermanos sólo un mes después de su encargo, el 3 de junio de 1880, víspera de la fiesta del Sagrado Corazón.
Mañana, mis queridos hijos, la Iglesia celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Es necesario que también nosotros, con gran esfuerzo, tratemos de honrarla. Es cierto que llevaremos la solemnidad exterior al domingo; pero mañana comencemos a celebrarla en nuestro corazón, a rezar de manera especial, a comulgar fervorosamente. Luego, el domingo, habrá música y las demás ceremonias del culto externo, que hacen que las fiestas cristianas sean tan hermosas y majestuosas.
Algunos de ustedes querrán saber qué es esta fiesta y por qué se honra especialmente al Sagrado Corazón de Jesús. Les diré que esta fiesta no es otra cosa que honrar con un recuerdo especial el amor que Jesús trajo a la humanidad. ¡Oh, el gran amor infinito que Jesús nos trajo en su encarnación y nacimiento, en su vida y predicación, y particularmente en su pasión y muerte! Dado que la sede del amor es el corazón, el Sagrado Corazón es venerado como el objeto que sirvió de horno a este amor sin límites. Esta veneración del Sacratísimo Corazón de Jesús, es decir, del amor que Jesús nos mostró, fue de todos los tiempos y siempre; pero no siempre hubo una fiesta especialmente establecida para venerarlo. Cómo Jesús se apareció a la Beata Margarita una fiesta le manifestó el gran bien que vendrá a la humanidad honrando a su amantísimo corazón con un culto especial, y cómo se estableció por tanto la fiesta, lo oiréis en el sermón del domingo por la tarde.
Ahora animémonos y hagamos cada uno lo posible por corresponder a tanto amor que Jesús nos ha traído
”. (MB XI,249)

Siete años más tarde, en 1887, la iglesia quedó terminada para el culto. El 14 de mayo de ese año, Don Bosco asistió emocionado a la consagración del templo, solemnemente presidida por el cardenal vicario Lucido Maria Parocchi. Dos días después, el 16 de mayo, celebró la única Santa Misa en esta iglesia, en el altar de María Auxiliadora, interrumpida más de quince veces por las lágrimas. Eran lágrimas de gratitud por la luz divina que había recibido: había comprendido las palabras de su sueño de nueve años: «¡A su debido tiempo lo comprenderás todo!». Una tarea cumplida en medio de muchas incomprensiones, dificultades y penurias, pero que coronaba una vida dedicada a Dios y a los jóvenes, recompensada por la misma Divinidad.

Recientemente se ha realizado un vídeo sobre la Basílica del Sagrado Corazón. Se lo proponemos a continuación.