25 Sep 2025, Jue

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Diálogo entre un hombre recién convertido a Cristo y un amigo incrédulo:
“¿Así que te convertiste a Cristo?”
“Sí”
“Entonces debe saber mucho sobre él. Dime, ¿en qué país nació?”
“No lo sé”.
“¿Qué edad tenía cuando murió?”
“No lo sé”.
“¿Cuántos libros escribió?”
“No lo sé”.
“¡Definitivamente sabes muy poco para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo!”.
“Tiene razón. Me avergüenzo de lo poco que sé sobre él. Pero lo que sí sé es esto: hace tres años era un borracho. Estaba muy endeudado. Mi familia se desmoronaba. Mi mujer y mis hijos temían mi regreso a casa cada noche. Pero ahora he dejado de beber; ya no tenemos deudas; nuestra casa es ahora un hogar feliz; mis hijos esperan con impaciencia mi vuelta a casa por la noche. Todo esto lo ha hecho Cristo por mí. Y esto es lo que sé de Cristo”.

Lo que más importa es precisamente cómo Jesús cambia nuestras vidas. Debemos insistir en ello con fuerza: seguir a Jesús significa cambiar nuestra forma de ver a Dios, a los demás, al mundo y a nosotros mismos. Comparada con la auspiciada por la opinión corriente, es otra forma de vivir y otra forma de morir. Este es el misterio de la “conversión”.

Por P. Bruno FERRERO

Salesiano de Don Bosco, experto en catequesis, autor de varios libros. Fue director editorial de la editorial salesiana Elledici. Es redactor jefe del periódico italiano "Il Bollettino Salesiano", en versión impresa.