19 Oct 2025, Dom

El 20 de octubre comienza la Novena del beato Miguel Rúa

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El Beato Miguel Rua (1837-1910) representa una figura extraordinaria en la historia de la espiritualidad salesiana. Primer sucesor de Don Bosco, encarnó con gran fidelidad el carisma del fundador, convirtiéndose en su heredero espiritual y el continuador más auténtico. Su vida, marcada por una profunda humildad y obediencia total, testimonia cómo la santidad puede expresarse en lo ordinario vivido con amor heroico. Desde la temprana edad en que vistió el hábito eclesiástico hasta su muerte, Don Rua se dedicó incansablemente a la formación de los jóvenes y al desarrollo de la Congregación Salesiana, que bajo su guía experimentó una expansión extraordinaria. Ofrecemos una novena para aquellos que, con fe, pidan gracias especiales en vista del milagro esperado para su canonización.

Miguel Rua nació en Turín el 9 de junio de 1837. El último de nueve hermanos, perdió a su padre a la edad de ocho años. Estudió en los Hermanos de las Escuelas Cristianas hasta tercer grado.

Debería haber empezado a trabajar en la Real Fábrica de Armas de Turín, donde su padre era obrero, pero Don Bosco -que confesaba en su escuela los domingos- le sugirió que continuara sus estudios con él, asegurándole que la Providencia se haría cargo de los gastos. Colaborador de la Compañía de la Inmaculada con Domingo Savio, fue un alumno modelo, un apóstol entre sus compañeros.

El 25 de marzo de 1855, en la pequeña habitación de Don Bosco, hizo los votos de pobreza, castidad y obediencia en manos del fundador. En 1858 acompañó a Don Bosco ante el Papa Pío IX para la aprobación de las reglas. El 28 de julio de 1860 fue ordenado sacerdote. Don Rua abrió en Mirabello la primera casa salesiana fuera de Turín. Pocos años después regresó a Valdoco sustituyó y asistió en todo a Don Bosco.
En noviembre de 1884 el Papa León XIII nombró vicario y sucesor de Don Bosco a Don Rua, que murió en sus brazos cuatro años después. Don Rua, considerado ya la regla viviente, llegó a ser tan paternal y cariñoso como Don Bosco. Afrontó y superó numerosas dificultades en el gobierno de la congregación. Consolidó las misiones y el espíritu salesiano.

Murió el 6 de abril de 1910, a los 73 años. Con él, la Sociedad pasó de 773 a 4000 Salesianos, de 57 a 345 Casas, de 6 a 34 Inspectorías en 33 países. Pablo VI lo beatificó en 1972.

Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua
Dios todopoderoso y misericordioso
que has puesto tras las huellas de san Juan Bosco
al Beato Miguel Rua, que imitó su ejemplo,
heredó su espíritu y propagó sus obras;
ahora que por la beatificación lo has elevado a la gloria de los altares
dígnate multiplicar su patrocinio hacia quienes lo invocan
y apresura su canonización.
Te lo pedimos por intercesión de María Auxiliadora,
a quien amó y honró con corazón de niño,
y por la mediación de Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Un pensamiento para cada día de la novena, extraído de la biografía de Don Rua

1er día, 20 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
El 18 de diciembre de 1859 es domingo. Por la tarde, dieciocho personas se reúnen en la pequeña habitación de Don Bosco, que en ese momento es el Belén Salesiano. Tiene lugar la reunión fundacional de la “Pía Sociedad de San Francisco de Sales”, es decir, de los Salesianos. Los dieciocho rezan, declaran su deseo de reunirse como Sociedad para santificarse y dedicar su vida a la juventud abandonada y en peligro. Se celebran las primeras elecciones. Don Bosco, el fundador, es llamado por todos para ser el primer Superior General. El subdiácono Michael Rua, de 22 años, es elegido Director Espiritual de la Sociedad. Junto con Don Bosco, trabajará en la formación espiritual de los primeros Salesianos. Miguel no tomó esta nueva tarea como un cargo ‘ad honorem’. Julio Barberis, que estaba entre los más jóvenes y asistió a sus clases de formación, testificó: “Era muy diligente en la preparación de las lecciones y en animarnos a estudiar”.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

2do día, 21 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
El P. José Vespignani, que se convertiría en un gran salesiano y misionero en Sudamérica, llegó a Valdoco en 1876. Era un joven sacerdote de 23 años que había venido de Faenza para estar con Don Bosco. En su sencillo “Un año en la escuela de Don Bosco” nos da una viva imagen de las actividades de Don Rua, del que fue uno de los secretarios en los primeros tiempos. Con la sensibilidad que no suelen tener quienes viven la normalidad de lo cotidiano, fotografió la atmósfera y el ambiente de Valdoco, animado por la presencia de dos santos, Don Bosco y Don Rua.
“Desde el primer día -escribió- me puse de todo corazón a las órdenes de mi querido superior Don Rua. ¡Cuántas cosas aprendí en su escuela de piedad, de caridad, de actividad salesiana! La suya era una catedra de doctrina y de santidad, pero era sobre todo un gimnasio de formación salesiana. Cada día admiraba más en Don Rua la puntualidad, la constancia incansable, la perfección religiosa, la abnegación unida a la dulcísima dulzura. ¡Qué caridad, qué finos modales para conducir a uno de sus dependientes a la oficina que quería confiarle! ¡Qué delicado estudio, qué intuición para conocer y experimentar sus aptitudes para educarlos de modo que fueran útiles a la Obra de Don Bosco!”
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

3er día, 22 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
En la carta enviada el 30 de diciembre a todos los Salesianos para dar las últimas noticias sobre la salud de Don Bosco, Don Rua escribía: “Anoche, en un momento en que podía hablar con menos dificultad, mientras estábamos alrededor de su cama Monseñor Cagliero, el P. Bonetti y yo, dije entre otras cosas: Recomiendo a los Salesianos la devoción a María Auxiliadora y la Comunión frecuente. Luego añadí: Esto podría servir como regalo de Año Nuevo para enviar a todas nuestras Casas. Él continuó: Que esto sea para toda nuestra vida”. Cada sugerencia de Don Bosco era para Don Rua un mandato. Esas palabras, que eran la continuación coherente de toda una vida, Don Rua las sellaba en su corazón: esos eran los caminos que Don Bosco le ordenaba hacer caminar a la Congregación “para toda la vida”. Don Rua fue tan fiel como siempre a la consigna: Jesús Eucaristía, María Auxiliadora, junto con los tres votos y la fidelidad total a Don Bosco. Con su ejemplo heroico, así como con sus palabras, testimoniaría sin cesar que éste era el camino salesiano hacia la santidad.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

4to día, 23 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
El 3 de octubre de 1852, durante la salida que los mejores jóvenes del Oratorio hacían cada año a los Becchi para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, Don Bosco le hizo vestir el hábito clerical. Miguel tenía 15 años. Por la noche, de regreso a Turín, Miguel venció su timidez y preguntó a Don Bosco: “¿Recuerdas nuestros primeros encuentros? Le pedí una medalla, y usted hizo un gesto extraño, como si quisiera cortarse la mano y dármela, y dijo: ‘Nosotros dos haremos todo a medias’. ¿Qué quiso decir?”. Me dijo: “Pero querido Miguel, ¿aún no lo has entendido? Y sin embargo, está muy claro. Cuanto más pasen los años, mejor comprenderás que quería decirte: En la vida, los dos lo haremos siempre todo a medias. Las penas, las preocupaciones, las responsabilidades, las alegrías y todo lo demás será para nosotros en común”.  Miguel permaneció en silencio, lleno de silenciosa felicidad: Don Bosco, con palabras sencillas, le había hecho su heredero universal.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

5to día, 24 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
En Don Rua desprendimiento es sinónimo de Pobreza. La Pobreza, escribió, es garantía de templanza absoluta, es el único clima en el que nuestra Congregación puede vivir y prosperar, sobre todo hoy.
Incluso en el Reglamento para los Cooperadores, a los que se complacía en llamar “Salesianos sin votos”, traza una norma de vida que tiene toda la austeridad de la pobreza religiosa: modestia en el vestir, frugalidad en la mesa, sencillez en el mobiliario, castidad en el hablar, exactitud en los deberes del propio estado.
Don Rua, al desprenderse de todas las comodidades, se convirtió en un asceta operativo.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

6to día, 25 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
En 1863 Don Bosco dio un paso decisivo en su Obra. Funcionaba bien en Valdoco, porque estaba al frente la figura carismática y paterna de Don Bosco. Pero trasplantada a otro lugar, sin Don Bosco, ¿habría funcionado? En la primavera de ese año, Don Bosco tuvo un encuentro confidencial e intenso con Don Rua, que tenía 26 años. “Tengo que pedirte un gran favor. De acuerdo con el Obispo de Casale Monferrato, he decidido abrir un ‘Pequeño Seminario’ en Mirabello. Estoy pensando en enviarte a dirigirlo. Es la primera obra que los Salesianos abren fuera de Turín. Tendremos mil ojos puestos en ella. Tengo plena confianza en ti. Te doy tres ayudas: cinco de nuestros salesianos más sólidos, entre ellos el padre Bonetti, que será tu “vice”; un grupo de muchachos elegidos entre los mejores que vendrán de Valdoco para continuar allí su escolarización, para que sean la levadura entre los nuevos muchachos que recibirás; y junto a ti vendrá tu madre”. Don Rua partió en octubre. Don Bosco le escribió cuatro páginas de preciosos consejos que serían transcritos para cada nuevo director salesiano: son considerados uno de los documentos más límpidos del sistema educativo de Don Bosco. Entre otras cosas escribió: “Cada noche debes dormir al menos seis horas. Procura hacerte amar antes de hacerte temer. Procura pasar todo tu tiempo de recreo entre los jóvenes. Si surgen dudas sobre cosas materiales, gastad lo que sea necesario, con tal de que se conserve la caridad”. Don Rua resume todos estos consejos, que para él son mandamientos, en una frase: “En Mirabello trataré de ser Don Bosco”.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

7mo día, 26 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
En medio del cúmulo de sus deberes, en todos esos años Don Rua fue siempre el director de los muchos jóvenes que abarrotaban Valdoco: estudiantes, artesanos, aspirantes a salesianos, jovencísimos salesianos. Don Rua se esfuerza por “llegar a ser Don Bosco” en todo, incluso en el comportamiento externo. Por supuesto, el aspecto físico y el temperamento son diferentes. “Sus modales, su voz, sus rasgos, su sonrisa, no tenían ese encanto misterioso que atraía y encandilaba a los jóvenes hacia Don Bosco. Pero era para todos el padre atento y afectuoso, preocupado por comprender, animar, apoyar, perdonar, iluminar, amar”, como había empezado a ser en Mirabello. Y los jóvenes de Valdoco, adivinos infalibles como todos los jóvenes del mundo a la hora de comprender quién les ama y quién en cambio “sólo finge”, demostraron con sus actos que reconocían en él a un amigo paterno.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

8vo día, 27 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
Cuando todas las obras del Santuario estaban terminadas, Don Rua también parecía acabado. Una mañana del tórrido calor de julio en Turín, en la puerta del Oratorio, al salir, cayó en los brazos de un amigo que estaba a su lado. ‘Peritonitis fulminante’, dijo inmediatamente el médico. ‘No se puede hacer nada más. Denle el Oleo Santo’. Aún no se había inventado la penicilina y la cirugía estaba en pañales. Don Rua, febril y muy dolorido, invocó a Don Bosco; pero estaba en la ciudad. Se le mandó llamar. Cuando llegó y le dijeron que Don Rua estaba al final, hizo gestos incomprensibles. Estaban los chicos en la iglesia para el retiro mensual y fue directamente a confesarlos. “Tened por seguro que don Rua no saldrá sin mi permiso”, dijo al entrar en la iglesia. Salió muy tarde, y en vez de ir a la enfermería fue a la modesta cena preparada. Luego subió a su habitación a dejar la bolsa de papeles, y por último, mientras todos estaban atentos, se dirigió a la cabecera de don Rúa. Vio el frasco de Oleo Santo y casi se enfadó: “¿Quién es ese buen hombre que ha tenido esa idea?”. Entonces se sienta junto a don Rua y le dice: “Escúcheme. No quiero, ¿entiendes? No quiero que te mueras. Tienes que ponerte bien. Tendrás que trabajar y mucho a mi lado, y no morir. Escúchame bien: aunque te tirara por la ventana como estás, no morirías”. Francesia y Cagliero lo habían visto y oído todo, y maduraron la convicción de que, a Don Bosco, que hablaba en sueños con la Virgen y le arrancaba favores imposibles, se le había dado la garantía de que a “aquel muchacho”, el único que había sobrevivido a todos sus hermanos, la Virgen lo dejaría con ella para el resto de su vida.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

9no día, 28 de octubre
Oración para implorar la canonización del Beato Miguel Rua…
 “Don Rua fue el más fiel, por tanto, el más humilde y al mismo tiempo el más valiente hijo de Don Bosco”. Con estas palabras dichas en tono decisivo, el 29 de octubre de 1972 el Papa Pablo VI esculpió para siempre la figura humana y espiritual de Don Rua. En aquella homilía pronunciada bajo la cúpula de San Pedro, el Papa perfiló al nuevo Beato con palabras que casi martilleaban esta característica fundamental suya: la fidelidad. “Sucesor de Don Bosco, es decir, continuador: hijo, discípulo, imitador… Hizo del ejemplo del Santo una escuela, de su vida una historia, de su regla un espíritu, de su santidad un tipo, un modelo; hizo del manantial, una corriente, un río”. Las palabras de Pablo VI elevaron a una altura superior la peripecia terrena de este “esbelto y gastado perfil de sacerdote”. Pusieron al descubierto el diamante que había brillado en la textura mansa y humilde de sus días.
A lo largo de su vida Don Rua había demostrado una obediencia absoluta, tan ‘absoluta’ que Don Bosco a veces bromeaba sobre ello. En la deposición para el proceso de beatificación, el Rector Mayor Don Felipe Rinaldi testimonió: “Don Bosco decía: ‘A Don Rua no se le dan órdenes ni en broma’, tal era su disposición a hacer todo lo que el Superior le decía… La obediencia era muy fácil para Don Rua porque era profundamente humilde. Humilde en su comportamiento, humilde en sus palabras, humilde con los grandes y los pequeños”.
Padre nuestro…, Ave María… y Gloria…
Oración de intercesión al Beato Miguel Rua…

Oración de intercesión al Beato Miguel Rua
Dios Padre nuestro
al Beato Miguel Rua sacerdote
heredero espiritual de San Juan Bosco
que diste la capacidad de formar en los jóvenes
tu divina imagen
concédenos
llamados a educar a la juventud
para dar a conocer
el verdadero rostro de Cristo, tu Hijo.
Concédenos por su intercesión
Gracia….
para gloria de tu nombre.
Amén.

Beato Miguel Rua,
ruega por nosotros.

P. Pierluigi CAMERONI

Salesiano de Don Bosco, experto en hagiografía, autor de varios libros salesianos. Es Postulador General de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco.